Wang estrena joyería tras el misterio del brazalete de Balenciaga
El diseñador Alexander Wang ha incorporado una nueva línea de joyería al exitoso catálogo de su firma de moda; se trata de una colección muy original basada en cadenas y candados, muy de estilo industrial pero, eso sí, todas las piezas están realizadas en materiales preciosos, desde rodio a oro de diversos colores. Es bastante habitual que un diseñador de la talla de Alexander Wang incluya joyas dentro de sus creaciones y la cosa no tendría más interés que el puramente estético (que ya es bastante) si no fuera porque hay detrás una historia muy reciente que implica a Alexander Wang, a Balenciaga y al hallazgo y patente de un misterioso brazalete.
Para los que no estén muy al día en temas de alta costura, Wang fue el director creativo absoluto de toda la producción de la firma Balenciaga desde 2012 hasta el pasado verano. Las razones por las que Balenciaga prescindió de Wang han sido motivo de muchas especulaciones por parte de la prensa especializada, aunque la versión oficial es que al estar al frente de ambas firmas, la suya propia (con mucho éxito desde su creación) y la de Balenciaga (que por cierto, es propiedad del grupo Kering, del que es socio y gerente el marido de Salma Hayek, del que hablábamos el otro día en el artículo sobre los niños millonarios, ya que la hija de ambos está incluida en la lista), se producía algún tipo de incompatibilidad (parece ser que Kering pretendía que Wang aparcara su propia firma para dedicarse en exclusiva a su contrato con Balenciaga).
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Vale, vale, esto está pareciendo un poco culebrón, pero aún hay más. La primera colección de Balenciaga con Wang al frente como director creativo, fue la de Primavera – Verano 2013 y se suponía que absolutamente todos los diseños eran de Alexander Wang hasta que se descubrió que uno de los brazaletes que formaron parte de ésa colección no era un diseño de Wang, sino de una joven diseñadora de joyas que entró en Balenciaga cuando aún estaba Nicolas Ghesquière al frente del equipo creativo (puesto que ocupó durante 15 años). Esta diseñadora, llamada Charlotte Chesnais, entró en el equipo de Balenciaga al graduarse como diseñadora en Studio Berçot en Paris y durante 9 años trabajó junto a Ghesquière, abandonó la firma poco después de la salida del francés y el misterioso brazalete fue la última aportación de su genio y estilo a Balenciaga, una aportación que parece ser que Alexander Wang intentó hacer pasar como suya.
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El caso es que el misterioso brazalete ha sido para Wang como la mariposa que bate las alas en el otro extremo del mundo; se descubrió que no era un diseño suyo original y no solo eso, Kering solicitó en nombre de Balenciaga una patente sobre la joya (algo que no se hace nunca, imaginaros como estarían los juzgados si se denunciara cada vez que se hace una copia de un vestido, un bolso o una joya). Y si ya es extraño que Kering solicitara la inusual patente, más extraño aún es que se la concedieran en tan solo seis meses, lo cual ya es absolutamente insólito (hay personas que tardan toda una vida en conseguir que se les reconozca una patente). El caso es que Kering solicitó la patente el 10 de julio de 2015, filtró a los medios la resolución del contrato de Wang el día 12 (solo dos días después), consiguió la patente el 10 de noviembre y a los pocos días Wang anunciaba la nueva línea de joyería que se ha lanzado antes de las pasadas navidades.
¿Ha podido ser lo ocurrido con este brazalete lo que causó una cierta tirantez en las relaciones entre Wang y Kering y acabó con el contrato del diseñador con la firma Balenciaga? ¿Tiene el misterioso brazalete de Charlotte Chesnais algo que lo hace más importante que el resto de la colección, tan importante como para solicitar y conseguir una patente express? ¿Es, todo lo ocurrido y las fechas en las que ha sucedido una simple coincidencia? Probablemente nunca lo sabremos y todo esto será uno más de las intrigas que pululan por el mundo de la moda de la que no nos acordaremos dentro de muy poco.
Por su parte, la diseñadora Charlotte Chesnais tras abandonar Balenciaga ha puesto en funcionamiento su propia línea de joyería y ha seguido diseñando como free lance para firmas como Kenzo o lo más reciente, las últimas piezas de las colecciones de Paco Rabanne.
De cualquier forma el no parece afectado en absoluto como podeis ver por la fiesta que hizo tras la presentación de la colección de la próxima primavera en la semana de la moda de Nueva York.
Marga G.-Chas Ocaña
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