Pros y contras de la multicirugía estética
Los programas de televisión siempre quieren ir más allá. La mayoría de las veces no pueden calcular la verdadera repercusión que tienen en el espectador, simplemente lanzan una idea y si funciona, la explotan hasta conseguir que se convierta en espectáculo de masas. Un ejemplo claro lo tenemos en este tipo de programas dedicados a la belleza corporal, donde pocas veces o nunca sopesan los pros y contras de la multicirugía estética. Y eso mismo ha ocurrido con multitud de programas en EE.UU. (lugar donde suelen surgir todo tipo de programas llamados “reality”) o programas nacionales como el de Antena 3, “Cambio Radical”, donde poco se tiene en cuenta el concepto de belleza de la gran mayoría de espectadore/as. Poner límites o etiquetas a la belleza es algo que ni siquiera los grandes pintores de la Historia se han atrevido a hacer.
La multicirugía estética es una práctica que nace de una necesidad médica para recomponer rostros o partes del cuerpo mutilados o deteriorados por enfermedades o accidentes. Sobre todo en las unidades de quemados, donde se perfecciona año tras año con unos resultados que parecen milagrosos. Los cirujanos plásticos y dermoestéticos en general, aprovechan todos estos adelantos de la medicina para retocar o cambiar partes del cuerpo que no son del gusto del cliente, en un proceso similar al de los pacientes con diversos traumas, es decir, un cambio en lote o en conjunto de una serie de “defectos”. Así, un equipo de doctores, transformará el cuerpo como si de una entrada en boxes y de un Fórmula 1 se tratase, dejando más que renovada la carrocería.
El cambio de imagen está más que garantizado. Las operaciones simultáneas más demandadas son: liposucciones, lifting facial y aumento de las mamas. Prácticamente la totalidad de las operaciones estéticas derivan de las técnicas que embellecen rostro, mamas y reducción de grasa en zona de caderas y abdomen. He consultado numerosas webs para verificar estadísticas y rankings y no existen dos iguales, así que los datos más veraces son los de la ISAPS (Sociedad Internacional de Cirugía Estética Plástica), que reúne a los 25 países donde más practican estas técnicas. Los datos estadísticos pertenecen al periodo 2011/2012 y desde entonces sólo hay que notar un espectacular aumento en China y Japón, con China siendo ya el segundo país del mundo con más intervenciones de este tipo. La lista oficial de intervenciones, en una encuesta consultada a 20.000 cirujanos, en 2011 es:
1 EE.UU. 17,2% 2 Brasil 14,2% 3 China 6,5% 4 Japón 5,9% 5 México 4,7% 6 Italia 5,0% 7 Corea del Sur 4,1% 8 India 3,0% 9 Francia 3,2% 10 Alemania 2,9% 11 Colombia 3,3% 12 España 2,0% 13 Turquía 1,6% 14 Rusia 1,6% 15 Canada 1,3% 16 Reino Unido1,5% 17 Taiwan 1,1% 18 Grecia 0,9% 19 Venezuela 1,3% 20 Tailandia 0,9% 21 Argentina 1,2% 22 Arabia Saudita 0,7% 23 Australia 0,6% 24 Países Bajos 0,7% 25 Rumania 0,7%.
Pros:
Las ventajas de la multicirugía es de aspecto temporal, es decir, un largo proceso de intervenciones puede incidir negativamente en la persona tratada, tanto psicológica como físicamente, factor que esta técnica resuelve mejorando en pocas sesiones, incluso en una sola, todos esos retoques deseados.
Contras:
Los problemas físicos derivan principalmente de los rechazos de implantes, tanto de piel y tejidos sintéticos como de prótesis. En los países con una excelente red y medios sanitarios, como en España, estos problemas son casi anecdóticos, pero me pensaría mucho decidir operarme en Tailandia o Rumanía, por ejemplo, donde las infraestructuras médicas son menos competentes.
La posible gravedad en este tipo de intervenciones son de carácter psicológico: María Teresa Muñoz, Vicepresidenta de la FEAP, advierte sobre los posibles riesgos psicológicos que conlleva someterse a una multioperación de cirugía, pudiendo sufrir depresiones y hasta brotes psicóticos en los casos más extremos. Y es que un cambio tan radical de imagen puede incidir en un “trastorno de identidad”, perdiendo la capacidad de “relacionarse con la realidad”. Una solución positiva pasaría por parte del propio cirujano, “endureciendo” la evaluación psicológica del paciente de este tipo de operaciones. Pero un consejo obvio es la de tener muy claro que se va a lucir un “nuevo aspecto” y que sin duda se comenzará otro estilo de vida.
Toni Ferrando.