Los androides sueñan con guitarras eléctricas
El pasado día 8 escribí sobre el cumpleaños de David Bowie y da la casualidad que nació el mismo día en que nace -en la ficción- uno de los personajes más carismáticos del cine en general y de la ciencia ficción en particular. Pensaba escribir sobre este personaje, pero al final se me quedó en el tintero, luego ocurrió lo de la muerte de Bowie y ya pensé en dejarlo correr, pero la verdad es que no se me va de la cabeza y cada vez encuentro más relación entre ambos e incluso pienso que Bowie hubiera podido encarnar el papel perfectamente, que le iría como anillo al dedo.
Los que me seguís habitualmente sabéis que me encantan el cine y la ciencia ficción, pero lo que nunca he comentado es que quizás, si tuviera que elegir una novela o una película, o una novela que luego se haya convertido en película, probablemente escogería el relato de Philip K. Dick ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? De 1968, en el que unos años más tarde, en 1982, se basó Riddley Scott para crear Blade Runner. Tranquilos, no voy a hacer ni una crítica ni una revisión de la película (aunque me apetecería hacerlo) solo voy a hablar de uno de los personajes y por una razón concreta.
Todo esto me lleva a reflexionar sobre el futuro, que siempre acaba por llegar y nunca es como nos lo imaginamos. Ni 1984 fue tal y como lo había imaginado George Orwell ni el día 8 de enero de 2016 el mundo es tal y como lo ve Roy Batty en el momento de venir a la vida. Porque en Blade Runner, el bellísimo, perfecto y profundamente filosófico Nexos 6 Roy Batty, el “replicante” que interpretó magistralmente Rutger Hauer, nace el día 8 de enero de 2016, el mismo día y el mismo mes que nace David Bowie en 1947.
Me pregunto que pensó, que comentó, que sintió David Bowie cuando conoció en la gran pantalla al bellísimo Roy; él (Bowie), que se perdió en el silencio del espacio “This is Mayor Tom to Ground Control” tan lejos de la luna y tan lejos de nuestro tan azul planeta Tierra (Space Oditty 1969). Puede que le apenara verlo 10 años después de dar vida a Ziggy Stardust porque si lo hubiera visto antes lo habría creado más parecido a Roy o quizás simplemente vio encarnado a su Starman (waiting in the sky). Curiosamente, Ziggy Stardust trae esperanza a un planeta que va a ser destruído y la cuenta atrás es la misma que el tiempo de vida que le queda a Roy Batty (si tenemos en cuenta la fecha en la que se escribio Five Years, no cuando se publicó).
Blade Runner nos traslada a un escenario futurista en el que los replicantes han sido declarados proscritos a causa de una rebelión ¿Dónde? En Marte, el mismo planeta del que viene Ziggy Stardust y Roy Batty es un androide de tipo Nexus 6, los más perfectos, que eran utilizados ¿para qué? para las arriesgadas misiones de exploración y colonización de otros planetas, igual que Ziggy preparando la llegada de Starman.
¿Y que hubiera pasado si Ridley Scott hubiera hecho la película una década antes? Coincideis conmigo en que si alguien podía haber bordado el papel de no haberlo hecho Rutger Hauer, ese habría sido David Bowie. Estoy segura que en su interior, Bowie se tuvo que imaginar a sí mismo muchas veces contemplando naves en llamas más allá de Orión, en la oscuridad, cerca de la puerta de Tannhäuser.
Una cosa es cierta en ambos casos: ni David Bowie ni Roy Battle se perderán en el tiempo; ambos han significado demasiado para muchos de nosotros como para que puedan perderse “como lágrimas en la lluvia” y aunque a ambos le haya llegado la hora de morir, los dos siguen vivos, uno en los cientos de grandes canciones que nos quedan para recordarlo y el otro en la luz de una pantalla que, como la luz de la luna de Mayor Tom, o la que a través de la ventana anunciaba el aterrizaje de Starman, nos transportará una y mil veces al lluvioso futuro que crearon Philip K. Dick y Ridley Scott.
Philip K. Dick fue realmente audaz planteando con gran acierto muchas cuestiones que hoy forman parte de nuestro presente y la historia tiene muchas capas que Riddley Scott supo reflejar en el filme y que es uno de los motivos por los que la película sigue plenamente vigente más de 30 años después de su estreno. Pero dejando de lado las cuestiones más o menos vitales que se plantean en la obra, la capacidad de evolución de comprensión, de arrepentimiento y de tristeza que envuelven al personaje de Roy Batty raya en la perfección y guste o no el género, hay escenas que pervivirán, como diría un angloparlante forever, and ever, and ever…
Y si hay algún tipo de vida después de la vida, espero de todo corazón que David Bowie pueda estar flotando en el espacio viendo las estrellas más brillantes cada día.
Marga G.-Chas Ocaña
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