La aventura de subir en globo
Una de las fantasías infantiles más comunes de los niños, es la aventura de subir en globo, algo que acompaña desde hace siglos las narraciones de la literatura universal, sobre todo la referida a los viajes fantásticos, desde que en el siglo XVIII comenzasen a surcar los aires de manera “habitual”, gracias a los hermanos Montgolfier en 1783. Se tiene constancia de numerosos intentos, como la del sacerdote brasileño (portugués) Gusmao en 1709, ya que desde que Leonardo Da Vinci presentara algunos diseños, aparecerían muchos intrépidos seguidores que intentarían la gesta de volar por este sistema. Pero sería desde finales del XVIII cuando se haría más segura y común esta práctica.
Justo un año después de la demostración en París, en junio de 1784, otro francés, Charles Bouche, haría una demostración en Aranjuez con un modelo fabricado por Montgolfier, aunque resultó herido y, por esas fechas, José María Alfaro elevaría un globo aerostático de aire caliente en Veracruz, México. Fue tan atractiva esta nueva tecnología que permitía volar, que en 1884 se formaría el Servicio Militar de Aerostación, precursora de lo que más adelante sería la aviación española.
En la actualidad más de la mitad de globos aerostáticos que vuelan por el mundo están fabricados en España, en la localidad de Igualada (Barcelona). Una media de 100 de estos aparatos se elaboran al año de manera artesanal, así que resulta muy difícil encontrar dos iguales, pues se suelen fabricar “a la carta”. El precio puede variar entre los 20.000 y los 100.000 euros, dependiendo de la customización, número de pasajeros, etc., es decir, tamaño de la cesta y del globo en sí.
En julio se celebra en Igualada cada año, desde 1997, el European Ballon Festival, una concentración de globos aerostáticos famosa en el mundo entero, siendo la más importante de España y una de las más esperadas del circuito internacional.
El único fabricante de España, con sede en Igualada, se llama Ultramagic y es la segunda en producción mundial de globos aerostáticos de aire caliente. La gran mayoría (sobre el 80 %) se destina a la exportación, teniendo como destinos más habituales Japón, Alemania, La India, EE.UU., Brasil y Argentina. La idea original de esta empresa surgíó a finales de los años 70, cuando Josep María Lladó (ingeniero aeronáutico), Joan Comellas y Jaume Llansana decidieron fabricarse su propio globo aerostático. Esta gran afición fue desarrollando un material y maquinaria que daría con la posibilidad de fabricar en serie los aparatos. No sin esfuerzos, en los años 80 se fundaría Globos Ultramagic S.A. En 1993 fabricarían en serie globos hinchables de aire frío. En 2009 crearían el “ecomagic”, cuyo consumo de energía es más reducido, desarrollado conjuntamente con la Universidad Técnica de Berlín.
La elaboración de las telas para los globos está semi-automatizada, pero las cestas están hechas completamente a mano, así que pueden satisfacer cualquier personalización, sea para un cliente particular, amante del deporte de aventura, como para profesionales que realizan viajes publicitarios o comerciales, o para destinos turísticos y poder mostrar sus rutas típicas desde el aire. Toda una experiencia la de volar en globo, al alcance de los más intrépidos.
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Toni Ferrando.