Detroit pondrá a la venta sus obras de arte

La ciudad de Detroit pondrá a la venta sus obras de arte, según una noticia que han difundido miembros de su Ayuntamiento estos días, como medida a la terrible crisis que está asolando la ciudad Norteamericana. Según la nota de prensa dada por representantes del Pleno, unas de las mejores colecciones de arte serán expuestas y subastadas, dando prioridad a los Museos y Galerías de Arte de los EE.UU., trasladando así mucho patrimonio de la ciudad atesorado durante casi 130 años.

Detroit es la ciudad donde comenzó la “Revolución Industrial” contemporánea en EE.UU. Sus Industrias del Motor se convirtieron en colosos exportadores gracias al invento de la fabricación y montaje en cadena de principios del siglo XX: Ford, General Motors y Chrysler, tres marcas que suponen toda una garantía de prosperidad para cualquiera que entienda algo de negocios. Pero y al parecer, esto no basta para administrar con solvencia, y no es un problema de ahora, ya que tras la época de auge de sus comienzos, a partir de los años 50 iría decayendo la economía, siempre sujeta a los altibajos de esta Industria especializada. De hecho, un factor que confirma la decadencia imparable de la ciudad es su población. A principios de los años 50 residían más de 1,84 millones de habitantes y hoy en día tan sólo residen 700.000.

El problema de sustento y de acreedores del Instituto de Arte de Detroit es casi insalvable pues sigue las directrices de la bancarrota en la Ciudad. De hecho, la casa de subastas Christie´s, está elaborando una tasación oficial, estimando el valor entre los 10.000 y 20.000 millones de euros, simplemente contemplando el nombre de algunos de los pintores. El Museo (DIA), se inauguró en 1885 y es uno de los centros de arte más importantes de Norteamérica. Unas 65.000 obras conforman este maravilloso patrimonio que, de cerrarse las puertas, será dividido y trasladado a particulares o a lugares inciertos.

Donaciones por parte de las familias del mundo del Automóvil, como Ford, Firestone y Dodge, se sumarían a las del primer benefactor, James E. Scripps y posteriormente a las de Charles Lang Freer. Las primeras colecciones de arte español, francés, flamenco, holandés, alemán y pintura renacentista italiana fueron aportadas por estos benefactores. Sobre todo resaltaría una inmensa colección de arte estadounidense, la más apreciada del país, con pintores como John Singleton Copley, George Caleb Bingham, Frederick Edwin Church, John Singer Sargent, Duncan Phyfe, Paul Revere y Louis Comfort. La obra más conocida y representativa del Museo, los murales de Diego Rivera, dejarán de contemplarse si se cierran las puertas definitivamente.

Es en 1970, con la cesión en testamento de Robert Hudson Tannahill, uno de los más decididos protectores del Museo, de obras de los grandes genios europeos, cuando las salas cobran un prestigio internacional. Obras de Van Gogh, Picasso, Guaguin, Cézanne, Matisse, Degas, Rousseau, Seurat, etc., inundaron de color e interés tales, que se convertiría en uno de los lugares más visitados de los EE.UU.

La Administración del Centro ha pasado por diferentes etapas. El Ayuntamiento de Detroit se ha hecho cargo durante diversos periodos, pero ha pasado por manos privadas y a cuidado de una organización sin ánimo de lucro en los últimos tiempos, hasta el gobierno del Estado de Michigan asumió la administración durante la década de los años 80, pero una cosa está clara: el DIA pertenece a la ciudad de Detroit, se les debe mucho dinero a los ciudadanos y una manera de cobrar es vendiendo parte del Patrimonio. Así que coleccionistas: hay que estar atentos a la espectacular subasta que se avecina.

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Toni Ferrando.