Arquitectura extrema en Polonia
Si alguien pensaba que los diseños imposibles del diseñador y pintor Marcin Szancer (polaco) o de Per Darhlberg (sueco) no pueden convertirse en realidad, sólo debe pasarse por la localidad polaca de Sopot y buscar el Krzywy Domek, un edificio de líneas atrevidas que parece tener vida propia. La construcción se llevó a cabo en el año 2003 y se abrió al público en el 2004. El proyecto de la llamada “Casa Torcida” se realizó por los arquitectos polacos Szotyński y Zaleski.
La localidad de Sopot se encuentra al norte de Polonia, está bañada por el mar Báltico y tiene una población de 41.000 habitantes. Como centro de salud y turismo, se promueven obras urbanísticas llamativas y con la “Casa Torcida” se ha convertido en la vanguardia de la Arquitectura Contemporánea en Polonia. El edificio consta de una superficie útil de 4.000 m2 donde convive un área comercial, un restaurante con terraza, una sala de juegos y la Radio Muzyka Fakty FM.
El mérito arquitectónico del edificio se encuentra evidentemente en las formas superpuestas de unas estructuras sobre otras y sin una tirada rectilínea “esperada”. Así se cruzan los laterales cementados sobre la fachada acristalada central y, aunque existe simetría, sus volúmenes combados dan la impresión de lo contrario y un efecto visual de movimiento, un efecto que gana belleza y gran impresión en un objeto visto en tres dimensiones que se “empequeñece” bajo nuestra mirada. La costumbre monótona a la que nos tienen acostumbrados todos los diseños arquitectónicos de las ciudades, convierte en único este Krzywy Domek tan singular.
Por otro lado, los interiores me han decepcionado un poco (es mi opinión) y quizás sea el motivo por el cuál la Casa Torcida no haya transcendido más en el ámbito internacional. Aunque existe una grandiosa variedad de estilos conjuntados, incluyendo una escalinata de estilo modernista, no se ha seguido el estilo arquitectónico de su fachada, quizás por su enorme dificultad o por motivos puramente prácticos de utilización de los espacios.
Lo que si está claro es que este tipo de construcciones agradan al público. Si hace un mes os presenté el mejor edificio público del mundo, no destacó por su arquitectura “discreta”, más bien lo contrario. Estamos inmersos en una economía donde lo “comercial” prevalece, aunque nos guste más un estilo de vida moderno y en continua evolución, motivos que nos evadan de la monotonía de las construcciones rectangulares y cúbicas, siempre sujetos a las directrices del precio por el metro cuadrado.
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Toni Ferrando.