45 años sin Janis Joplin

admin 5 octubre, 2015

Ayer se cumplieron 45 años justos desde que Janis Joplin nos dejó prematuramente víctima de una sobredosis de heroína; demasiado prematuramente, tenía sólo 27 años y a pesar de su corta vida y carrera, su voz desgarrada, su fuerza sus ansias de libertad y de amor insatisfechas siguen poniendo los pelos de punta a todo el que la escucha, sea de la edad que sea.

Eran los años 60, la época del mítico festival de Woodstock, de la liberación sexual, del no racismo, el auge del movimiento hippy que pregonaba paz y amor en un mundo libre y justo… utopías que cuando chocaban con la realidad producían un intenso desaliento en todo el que tenía un poquito de alma.

La heroína era la droga del momento, cada generación tiene la suya; como el LSD, el crack, la cocaína o los éxtasis, todos la consumían, pensaban que podían dominarla y al final acababan siendo víctimas, para ejemplo, baste mencionar otros dos monstruos de la misma generación que Janis Joplin y que también fallecieron víctimas de la heroína a la misma edad de 27 años: Jimmy Hendrix, la guitarra más salvaje que haya existido jamás y Jim Morrison el bellísimo soñador que ponía la voz a The Doors.

En Octubre de 1970, Janis Joplin estaba en plena grabación de su último álbum Pearl y no estaba bien. Pearl era el cuarto disco en la breve carrera de Janis, tras un intenso y agotador verano de directos hizo una breve escapada a Brasil para disfrutar de unas vacaciones en las que además se enamoró, pero entrado Septiembre y con el deber llamando a gritos, Janis volvió a Estados Unidos a meterse en el estudio de grabación del que sería su álbum póstumo.

Para la grabación de Pearl, Janis Joplin tuvo todo lo que podía desear menos paz interior. Se rodeo de buenos amigos, como Kris Kristofferson que, además le regaló uno de los temas que se cuentan entre los más conocidos de la cantante: “Me and Bobby McGee”. El productor de Pearl era otra estrella, Paul Rothchild que había producido, entre otros, los cinco primeros álbumes de The Doors y del gran compositor Jerry Ragovoy que ya había creado para Janis algunos de sus éxitos, como “Piece of my Heart” o “Cry baby”.

Pero como decíamos, a Janis Joplin le faltaba lo esencial y sus demonios interiores la perseguían encabezados por sus fracasos sentimentales y un angustioso sentimiento de soledad, lo que la llevaron a cometer excesos que alargaron la grabación del álbum más de lo previsto. La noche entre el 3 y el 4 de octubre, su última noche y la más negra de todas, Janis Joplin grabó el que sería su último tema “Mercedes Benz” y se fue, dejando un vacío inmenso en su generación, en el mundo y en la música. Todas las cantantes a partir de ella fueron sosas y ñoñas hasta que apareció Amy Winehouse que desgraciadamente tuvo un destino similar.

Janis Joplin con su muerte, dejó el álbum Pearl inconcluso, se acabó en estudio de grabación, el corte al que ella debía poner las voces en la siguiente sesión se convirtió en el único instrumental del disco y salió a la venta unos meses más tarde. Fue el álbum más vendido de su carrera, Nº1 en medio medio mundo y una luz e inspiración para las generaciones posteriores.

Nos dejó demasiado pronto, estaba demasiado sola y añoraba el amor por encima de todas las cosas, pero su voz, a pesar de su muerte, nunca nos dejará del todo y su fantasma sigue bailando cada vez que alguien escucha alguno de sus temas.