162.500 euros por la pistola con que se suicidó Van Gogh

Ya casi todos sabemos que el mundo del coleccionismo no tiene en cuenta aspectos sentimentales a la hora de elegir sus piezas y menos aún cuando se trata de objetos relacionados con personajes importantes. Así sucedía ayer cuando salía a subasta la pistola con la que puso fin a su vida el genio neerlandés de los pinceles Vicent Van Gogh.

La casa de subastas Drouot sacaba a la venta la pistola que se supone fue utilizada para terminar con la existencia de uno de los pintores más famosos del siglo XIX. La puja por el revólver se ha repetido en 18 ocasiones, hasta que un comprador particular hacía golpear el mazo con la cifra en la mesa de 162.500 euros. Teniendo en cuenta que las previsiones hablaban de 60.000 euros, el vendedor debe estar más que satisfecho.

Tal y como se encargaba de informar la casa de subastas, el arma fue encontrada por un granjero en 1967, enterrada en los campos en los que se supone que el pintor recibió el disparo. Según el comisario de la venta en el evento Grégoire Veyres, “La puja no ha defraudado y ha estado a la altura de las expectativas que había despertado la presencia de esta arma legendaria. El interés mundial que ha suscitado esta venta nos da sobradas muestras del mito que rodea a la figura de Vincent Van Gogh”.

La casa de subastas que ha estado exhibiendo el revólver durante los días previos, ha defendido la autenticidad del mismo, pese a lo complicado de esta labor cuando se trata de un arma que desapareció en aquel fatídico día de julio de 1890 y que no fue recuperada hasta más de 70 años después.

Nienke Bakke, la comisaria permanente de las obras del artista en su museo de Ámsterdam, piensa que con toda probabilidad se trata de la auténtica arma. En primer lugar, por el sitio donde fue hallada (coincide con los campos que pintó en esos últimos días) y el tiempo estimado que llevaba bajo tierra, que coincide con las fechas. En segundo, porque se trataba de un arma muy común en aquellos tiempos y que no se utilizaba en crímenes por su pequeño calibre (7 mm), lo que explicaría la mediana gravedad de la herida a la que sobrevivió por dos días. Y por último, el arma apareció con el gatillo abierto, señal inequívoca de que había sido disparada.

Las teorías de la muerte de Van Gogh

Al margen de todo lo que ha rodeado a la subasta, esta venta ha vuelto a poner de actualidad las distintas teorías sobre como fue realmente la muerte del genio del impresionismo. La versión oficial y más extendida es que el artista provocó su propia muerte al propinarse un disparo en el pecho. Tras permanecer desmayado por unas horas, emprendería el camino de regreso a la pensión en que residía, falleciendo dos días después como consecuencia de dicha herida.

Circula por ahí otra hipótesis en base a la biografía Van Gogh: la vida, que del artista escribieron Steven Naifeh y Gregory White Smith. En ella mantienen que el pintor recibió un disparo accidental por parte de dos hermanos adolescentes que veraneaban en las cercanías del lugar y que Van Gogh conocía, René y Gaston Secrétan. Los escritores estadounidenses mantienen que René Secrétan era un joven rebelde que se divertía de forma habitual disparando a animales con una vieja pistola. Según estos, en aquella ocasión el chico hirió de bala de modo accidental al pintor y éste tratando de librarle de la cárcel asumió los hechos como un intento de suicidio.

En contra de esta versión está el hecho de que el artista había dejado asomar muchos episodios que se pueden considerar previos al suicidio, tales como depresión y autolesiones. Según parece ya había tenido otro intento previamente mientras residía en un asilo de Saint Paul de Mausole. La causa de estos sucesos pudo estar provocada por los trastornos mentales que le estaría provocando una insuficiencia renal, que con mucha probabilidad podría tratarse de piedras en el riñón.

En cualquier caso y sea quien sea el que finalmente apretó el gatillo, la pistola podría ser la misma con la que se cometió el disparo para ambas teorías, o al menos a eso es a lo que se han agarrado los responsables de la subasta.