Veneno de abejas para el cutis
Varias marcas de cosmética y cuidado para la piel están comercializando veneno de abejas para el cutis aduciendo a las propiedades únicas de esta sustancia. En apariencia y de hecho, proporciona dolor y suele paralizar al intruso de la colmena cuando es aguijoneado por la abeja, ya que la base de este veneno es la apitoxina. ¿Cómo algo aparentemente nocivo, una toxina, puede resultar beneficioso para el cutis?
La explicación la encontramos al sintetizar dicha toxina. Entre sus ingredientes encontramos un 52 % de melitina y, en menor medida, la neurotoxina apamina, adolapina, que es un analgésico, la enzima fosfolipasa, la hemolítica y vasodilatadora hialuronidasa, histamina, culpable de los riesgos de shock anafiláctico, dopamina y noradrenalina. Probablemente muchos componentes nos son completamente desconocidos, pero si alguien es aficionado a leer las etiquetas de muchos de los más famosos fármacos y cremas rejuvenecedoras, le resultarán familiares algunos de ellos, sobre todo la dopamina, un neurotransmisor presente en casi todos los animales y en el ser humano de forma natural.
Esta sustancia sería analizada y desintegrada por primera vez en 1936 por el ingeniero agrónomo uruguayo, Don Eduardo Martínez Rubio. La aplicación de sus propiedades para la medicina llegaría mucho más tarde y en contadas ocasiones, sobre todo para los tratamientos de dolencias reumáticas y afecciones en las articulaciones y no como principal, sino como tratamiento alternativo a otros remedios fallidos. Pero la melitina, que combate los ataques de anticuerpos y la apamina, magnífico calmante del dolor, iría ganando posiciones como tratamiento y a partir de la década de los años 1950 la apiterapia sería más frecuente.
El tratamiento con apiterapia se realiza con picaduras directas de las abejas sobre las zonas enfermas, que suelen ser las articulaciones, o también (más habitual) con inyecciones con el compuesto ya refinado. Pero lo que nos interesa es esta nueva forma de Terapia para el Cutis, con el compuesto ya listo para la aplicación tópica en la piel, en compañía de otros elementos que suavizan y ayudan a su rápida absorción. Recordemos que sobre todo limpia como pocos productos sintéticos o naturales.
Se estima que el 0,05 % de la población puede sufrir algún tipo de alergia o ser sensible a esta sustancia. Si no se cuenta entre dicho porcentaje, todo hace pensar que resulta beneficioso para la piel, ya que, al contrario de lo que se piense, tiene propiedades antiinflamatorias, inmunoactivantes (útil para enfermedades como la esclerosis múltiple), aumenta el flujo sanguíneo haciéndolo más fluido, dilata las arterias y capilares, limpiando los vasos sanguíneos de impurezas (y de peligrosas toxinas que aceleran el envejecimiento). Los terapeutas más extremos aseguran que mejoran tanto las condiciones físicas como mentales ya que proporciona vigor general al organismo.
Ya se sabe que ningún producto hace milagros, pero no quita que la aplicación diaria de una pequeña cantidad, en forma de crema facial, sea capaz de vigorizar y con ello “rejuvenecer” de alguna manera nuestro mayor tesoro que es el rostro, el cutis. Siempre he pensado que “si no perjudica, tampoco se pierde demasiado”. Podemos encontrar marcas de crema con veneno de abeja desde los 9,90 € hasta los 107 €. Lo que importa es que sea efectivo y que provenga de un veneno, no es más que simple anécdota curiosa. Ya nos contaréis en los comentarios si resulta una “revolución” en el campo de la cosmética, tal y como prometen, si deja obsoleto el botox, o si es comparable a cualquier otra crema facial del mercado.
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Toni Ferrando.