Rafa Nadal vende su yate de lujo por 2,6 millones de euros

El flamante campeón de Roland Garros acaba de poner en venta su lujoso yate bautizado como ‘Beethoven’ por una cifra de 2,6 millones de euros. Rafa Nadal se deshace de este modo de la embarcación que adquiría en el año 2016, quien sabe si para sustituirla por otra de una categoría superior.

El manacorí se ha declarado en más de una ocasión como un amante de la vida náutica. Antes de la compra de este impresionante yate, el tenista ya había poseído otro de unas dimensiones inferiores como fue su embarcación Avanti, un modelo de 19 metros de eslora procedente del astillero italiano Fairline y del que se deshizo cuando tomó la decisión de encargar la construcción del Beethoven. Esto hace pensar que podría repetirse la misma situación y que el tenista balear esté planeando la compra de un navío superior.

En cualquier caso, el Beethoven ya está en venta y a una cifra sensiblemente inferior a la que fue adquirido, ya que por aquel entonces su compra rondó un precio de 3 millones de euros. El encargado de su fabricación fue la conocida firma Montecarlo Yachts, que siguiendo los deseos del deportista dio lugar al producto que hoy reposa en aguas mallorquina.

El yate tiene 23 metros de eslora y puede alcanzar una velocidad de 32 nudos. Dispone de cuatro lujosas cabinas para brindar el mejor acomodo a los pasajeros. Su capacidad permite dar cabida hasta a un número de ocho personas y para navegar requiere de una pequeña tripulación de dos personas.

El Beethoven ha sido elegido en multitud de ocasiones por distintos miembros de la familia del tenista para disfrutar de unos días de vacaciones o de paseos ocasionales por el océano. Tanto es así que incluso esta pasada semana ha sido la propia prometida de Rafa Nadal, la también manacorí Mery Perelló, quien junto a un grupo de amigas pudo disfrutar de las fiestas de Sant Joan en el yate fondeado en el puerto de la Ciudadella, en Palma de Mallorca.

El caso es que, si bien su hermana Maribel hace ya unos cuantos años afirmaba que Rafa estaba fascinado por la vida marina y que una de sus grandes ilusiones era la de “comprarse un barco”, esto contrasta con la noticia actual y que ya es oficial de que el campeón de 18 Grand Slam pone a la venta su embarcación. Además de ello, hemos visto a Rafa Nadal referirse en más de una ocasión al Beethoven como su “casa”, lo que no deja lugar a dudas del afecto que siente por él.

Por otro lado, le hemos escuchado declarar durante una entrevista en 2017 que desde niño siempre ha estado en contacto con el agua. “Soy de Mallorca, una isla preciosa, y siempre he vivido a caballo entre Manacor y Porto Cristo, así que siempre cerca del mar”, señalaba. Además, añadía que le sigue encantando este elemento y que no se imagina su vida sin interactuar con él.

Es habitual ver al balear compartir en su yate con otros jugadores del circuito. Así lo ha hecho en ocasiones llevando a bordo a compañeros como David Ferrer, Feliciano López o Marc López, su pareja en el oro de dobles de los Juegos Olímpicos de Londres 2012. También el escocés Andy Murray ha tenido la oportunidad de disfrutar a bordo del barco de Rafa junto a su equipo durante unos días.

Es por todo esto que la decisión de prescindir del Beethoven parece extraña en un primer momento. Así que todo hace sospechar que la intención del balear no vaya orientada a alejarse del mar, sino más bien a todo lo contrario y con un barco de prestaciones aún mayores.

Nadal en Wimbledon

Mientras el debate está en la calle, Rafa Nadal no se ha pronunciado sobre el tema y se mantiene concentrado en el torneo de Wimbledon en el que está a punto de comenzar su participación y donde buscará otro ‘Grande’ con su reloj amuleto.

Ahora desde Londres sus preocupaciones son otras, por ejemplo, el hecho de adaptarse a una superficie diametralmente distinta de la tierra en la que ha venido jugando de manera espectacular en sus últimas actuaciones. Al margen de tener que afrontar el torneo desde el tercer puesto de los cabezas de serie por una decisión muy particular de la organización y que no ha gustado nada al manacorí.

Seguro que tras el Grand Slam londinense regresa a las tranquilas aguas baleares para desconectar de todas estas cuestiones y disfrutar del verano.