Italia al rescate del Banco más antiguo del mundo
Si una entidad financiera ha pasado por invasiones, guerras, terremotos, crisis económicas galopantes, cuando su sede ha pertenecido incluso a distintos países dependiendo de la época, y ha sobrevivido por más de 500 años, no hay más remedio que felicitar por su magnífica gestión. Pero algo terrible debe tener esta última crisis económica que partió en 2008, cuando ni siquiera el Banco más antiguo del mundo ha resistido su embate. Se trata del Monte dei Paschi di Siena, cuya sede central se encuentra en la ciudad de Siena, en la Toscana Italiana, una entidad fundada nada menos que en el año 1472 y que necesita 5.000 millones de euros para antes del 31 de diciembre y hacer frente a las exigencias del Banco Central Europeo, curiosamente, la misma cantidad que el Gobierno de España tiene previsto destinar para el rescate de las Autopistas “insolventes” españolas.
A tan sólo un día de cumplirse el plazo, las noticias al respecto se cruzan a considerable velocidad desde todos los frentes, tanto desde el despacho del Portavoz del Gobierno Italiano, de las oficinas del Banco de Italia, como del Gabinete de Crisis encargado en la Entidad Financiera. Según fuente de El País digital, en las últimas horas se está negociando la posibilidad de incrementar la inyección económica hasta los 8.800 millones de euros, siguiendo el consejo y advertencia del BCE. El rescate supondría “adquirir” hasta el 70 % de las acciones por parte del Estado Italiano, del actual 4 % que posee, en la práctica, se trataría de una “Nacionalización”, quedando un 20 % para los bonistas y el 10 % restante para inversión de los accionistas. De los 20.000 millones de euros que el Gobierno Italiano tenía previsto para los rescates a entidades financieras en su territorio, casi la mitad se destinarán a sanear esta antiquísima institución.
El Monte dei Paschi di Siena se fundó en los tiempos en que estaba constituida como República independiente dicha región de la Toscana. La intención era la creación de un monte de piedad, donde cualquier ciudadano podía conseguir dinero en metálico a cambio o empeñando “objetos de valor”. Algo más allá del típico “prestamista”, pues estaba regulado por las Autoridades, por la Magistratura de la ciudad de Siena. Durante siglos sería ésta la base fundamental de sus negocios, hasta que en el siglo XXI, y siguiendo el planteamiento “globalizador” bancario de finales del XX, deciden “expandirse o morir”. Curiosamente su expansión es la que ha deparado esta situación tan caótica. Entre el año 2007 y 2008 adquieren la Banca Antonveneta, hasta entonces perteneciente al Grupo Santander, precisamente por la cantidad de 9.000 millones de euros, la misma que necesitan ahora para sanear sus cuentas. En unos años donde lo aconsejable era fusionarse con entidades con más solvencia, deciden ir a por todas, proyectando negocios cuando lo más prudente era “mantenerse a la espectativa y pisar con cautela”.
Llegan al año 2016 con casi 3.000 oficinas, 33.000 empleados y más de 4.5 millones de clientes en Italia y filiales del extranjero. La paradoja en todo esto se puede leer con claridad: comenzó como una entidad financiera a cargo de una institución pública y termina en manos de nuevo de una institución pública, esta vez “reconvertido” en Banco, siguiendo estrategias del Tercer Milenio, y dejando atrás todos los proyectos expansionistas que, unas veces salen, pero la mayoría de ocasiones terminan engullidos por los peces mayores, porque el mundo de las Finanzas es una selva muy peligrosa de cruzar: te acuestas millonario y feliz, y te despiertas arruinado, sin saber muy bien porqué. El consuelo estriba en que el fenómeno resulta reversible, las fortunas cambian de mano, del mismo modo te puedes acostar con lo justo y despertar millonario y feliz. Espero que seas de éstos últimos. El equipo de Estilos de vida te desea Feliz Navidad y un Próspero Año 2017.
[gallery ids=»19466,19467,19468,19469,19470,19471,19472,19473,19474,19475″]
Toni Ferrando.