Tinto Beaujolais Nouveau de Georges Duboeuf

antonio 19 abril, 2016

No puede faltar en una mesa de gran prestigio el buen vino francés. Han sido los galos quienes han elevado a la categoría “excepcional” casi todas sus variedades de uva en los últimos dos siglos, transmitiendo al resto del mundo el arte cultivado y después envejecido, con cariño, para saborearlo luego con placer. Variedades francesas están consideradas como las mejores del mundo y son las que reciben los Premios: Cabernet-Sauvignon, Merlot, Chardonnay, Grenache, Syrah, etc. Pero esta vez pongo el objetivo sobre la variedad Gamay, la que llena al 100 % cada botella de tinto Beaujolais Nouveau de Georges Duboeuf, la que eleva a este vino a la cumbre de los mejores vinos del mundo, y no puedo pasar la oportunidad de conocerlo con interés y pasión.

La uva gamay noir à jus blanc crece en la zona vinícola de Beaujolais, situada al sur de Borgoña, cubriendo parte del norte del Ródano-Alpes. La producción de la Beaujolais Nouveau supera en los últimos tiempos la producción conjunta de las demás variedades de la Borgoña juntas. Este dato pone de manifiesto que las características de esta uva desarrolla un caldo que obtiene el color y sabor más agradable y exitoso de la Región. La gamay tiene la piel delgada y poco tanino (lo que determina su grado de amargor). Se obtiene un caldo de color rojo azulado intenso, con baja acidez y cuerpo de ligero a medio. Los aromas se asocian a las bayas rojas: cerezas y un leve toque a fresas dulces y final a frambuesa roja.

George Duboeuf creó el nombre comercial para este vino joven en la década de los años 1960s. El mecanismo de elaboración no ha variado desde entonces: se fermenta unas pocas semanas y se presenta el tercer jueves de noviembre como un gran festival del vino, “llegó el día del Beaujolais Nouveau”. A finales del siglo XIX se mandaban vinos a Lyon recomendando su apertura y cata para un día determinado. Con este vino se celebraba una cosecha exitosa. George intensificó esta tradición, enviando cajas a distintas partes del mundo (ya se vendían más de medio millón de cajas), con la condición de que se abrieran a las 00:01 del tercer domingo de noviembre, hora y fecha establecida definitivamente a partir de 1985. Los pocos días de fermentación y pronta apertura, aseguran un vino fresco y afrutado como pocos, pero no deben pasar más de dos años en bodega, pues pierde aromas y sabores.

Por las propiedades típicas de un vino joven, debemos confiar en los expertos del año 2008 y en su memoria, pues se consideró “el mejor vino del mundo” prácticamente en los cinco continentes. De las bodegas de George Duboeuf (de 82 años de edad) salen anualmente más de 2.5 millones de botellas. Sus vinos reúnen los mayores galardones internacionales y sus etiquetas son reconocibles por el alegre tema floral que las adorna. Son recomendables para acompañar a las carnes rojas, preferiblemente asadas, y si se cortan unos dados o lonchas de queso, “mejor que mejor”.