Peterlongo, el champán brasileño

Cuando un producto pasa de ser “exótico” y raro a muy demandado y exitoso, como Peterlongo, el champán brasileño, se puede deber principalmente a dos factores: o es muy bueno o es que está siendo muy acertada su estrategia de marketing. Si esta bebida espumosa, elaborada con el método champenoise, en un país sin ninguna tradición vitivinícola, está siendo demandada por toda América Latina (habiendo otras regiones más tradicionales de elaboración) y con vistas al mercado mundial, siendo además el único productor en todo este inmenso país, a la fuerza debe ser por su calidad y no sólo se debe por una moda esporádica o a su precio (si este fuese el caso).

Pero la Historia de Peterlongo no es reciente, es más que centenaria, ya que data de 1913, cuando un inmigrante de origen italiano, Manoel Peterlongo, inicia la difícil empresa de producir vinos espumosos en Brasil. En 1915 funda el establecimiento vinícola Armando Peterlongo S.A., nombre que puso en honor a su primogénito. Para 1942, cumplida su red de distribución nacional, comienza a exportar a los países del entorno y se presenta por primera vez en Nueva York. Desde esa fecha, la marca ha estado presente en todos los actos solemnes acontecidos en Brasil y es sinónimo de elegancia y buen gusto.

Actualmente Peterlongo está presente en los mercados de Colombia, Panamá, Estados Unidos, Suráfrica y Japón como referente de calidad y hace sus guiños al difícil mercado europeo, donde Francia, España e Italia son las potencias exportadoras del mundo, sin olvidar Centro Europa, Rusia y los países balcánicos que luchan por una difícil ascensión en el área más competida para los vinos espumosos. La marca Peterlongo tiene Derecho de utilización para denominar a sus vinos “champaña” ya desde su inicio, corroborado por el Tribunal Supremo Federal y de acuerdo con la Ley 78.835.

Pero suele ocurrir que el consumidor requiere de algo más que una atractiva presentación y un precio “orientativo”. Para eso existen los certámenes y premios otorgados por las distintas asociaciones y revistas especializadas. Los premios y menciones a este champán brasileño llenarían varios volúmenes, credenciales más que suficientes para, al menos, catar el producto sólo por satisfacer la curiosidad. En resumen, su Elegance Champenoise Brut reúne 4 medallas de oro, 9 de plata, 4 de bronce, 1 Mención de Honor y Certificado de Calidad solamente desde los años 2004 al 2012.

El Presence Moscatel atesora 3 medallas de oro, 2 de plata y 1 de bronce desde el 2009 al 2012. El Presence Brut ha conseguido 1 medalla de oro, 1 Trofeo Prestige en Francia y 1 Mención de Honor tan sólo entre los años 2008 al 2009. El Presence Moscatel Rosé reúne 2 medallas de oro, 5 medallas de plata y 1 medalla de bronce entre el año 2007 y el 2012. El Prosecco Brut puede alardear de 5 medallas de oro, 2 de plata, 2 de bronce y 1 Gran Mención de Honor entre los años 2006 y 2010. Por último, el Armando Memoria Cabernet Sauvignon conseguiría la medalla de plata en el Concurso Vinus Argentina 2005. Si habláramos de una competición deportiva, Peterlengo sería un equipo campeón sin duda alguna.

Casi sin querer he repasado las clases y variedades de espumosos que produce esta gran marca de vinos espumosos, pero no quiero perder la oportunidad de añadir que también producen vinos, zumos naturales de uva (mostos), refrescos y que tienen sus variantes de espumosos sin alcohol. Para llegar a Garibaldi, podemos guiarnos por su cercanía a Porto Alegre, la capital más cercana a esta “valiente” (por única) fabricante brasileña de champán y que tanta calidad ha exhibido por el mundo. Podemos visitar las bodegas mediante las distintas “rutas del champaña”, donde se incluyen catas y la visita a un coqueto museo del vino.

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Toni Ferrando.