El Restaurante Botin el más antiguo del mundo
A veces el Facebook vale para algo útil (además de enterarte de cuando se levantan, comen y ven la tele tus amigos). Hoy una amiga compartió un reportaje publicado el pasado mes en AD (Arquitectural Digest) sobre algunos negocios centenarios que aún están en funcionamiento en Madrid, que ya no son muchos: comercios, pastelerías, restaurantes, bares, hoteles… hay un poco de todo. El reportaje no tiene desperdicio y todos los locales de los que habla son maravillosos en todos los sentidos, pero hubo un detalle en particular que me llamó mucho la atención y que desconocía totalmente, uno de los restaurantes que se menciona en dicho artículo, resulta que es el más antiguo del mundo y eso se merece conocer más sobre él.
En este mundo siempre cambiante -unas veces para mejor, pero otras…- ya es raro que los negocios tengan una continuidad de más de tres generaciones o 50 años, porque lo más habitual es que alguna de las generaciones de reemplazo se haya dedicado a otro campo y el negocio se pierda, así que, encontrarse con negocios que han superado el siglo de existencia (¿eso qué serían las bodas de diamante por lo menos, no?), siguen abiertos al público en funcionamiento y además han conseguido ese raro y difícil equilibrio entre evolucionar para no quedarse desfasado y hacerlo sin perder su esencia, es casi un milagro.
En toda España hay negocios de esa antigüedad más o menos Nuestra historia y patrimonio son extensos y algunos de estos negocios deberían de ser considerados por la UNESCO como Bien Inmaterial, al igual que algunas fiestas típicas. Pero uno de ellos, el Restaurante Botín de Madrid, consta en el libro Guinness de los Records, como el “Restaurante Más Antiguo del Mundo” y eso es muy digno de mención.
La zona conocida como el Madrid de los Austrias se corresponde con el centro histórico de la capital y el trazado de la antigua muralla medieval, que luego se fue ampliando al trasladarse la corte a Madrid y que se llama así porque fueron Felipe II y III de Austria los que más sanearon y construyeron en el barrio. Es donde se encuentra la Plaza Mayor, una zona habitual para el turismo, peatonal, con estrechas y laberínticas calles dignas de pasear y también es donde está ubicado el Restaurante, Horno de Asar Sobrino de Botín desde su fundación en 1725.
El Restaurante Botín fue abierto por Jean Botin (de origen francés) y su esposa que, en un principio arrendaron el inmueble del número 17 de la calle Cuchilleros para montar una posada que ocupaba las plantas del edificio, con casa de comidas con horno de leña, situada en la planta baja. Se especializaron en cochinillos y corderos asados al estilo castellano y aún los siguen sirviendo en el antiguo horno de leña aunque con el paso de los años y la fama, la carta se ha ampliado considerablemente y ahora tienen otras especialidades también, como el solomillo y el lomo de cebón, las almejas ‘Botín’, los chipirones en su tinta y la merluza a la madrileña al estilo de la casa.
El Restaurante Botín, además, ha sido durante décadas parada obligada y lugar de reunión de literatos, artistas y personalidades variopintas; se rumorea que Goya trabajó en él siendo muy joven y desconocido como pintor y es mencionado en numerosas obras literarias: Benito Pérez Galdón en Fortunata y Jacinta, Ernest Hemingway en Fiesta y Muerte en la tarde, Ramón Gómez de la Serna le dedicó algunas de sus Greguerías y, más recientemente, la popular María Dueñas, que lo menciona en El Tiempo Entre Costuras entre otros; también ha sido visitado por grandes personalidades internacionales, como Martin Luther King.
Como hay que ir con los tiempos, el restaurante Botín también ha entrado en la era digital y aunque conserva su solera y su aspecto tradicional, tiene página web desde la que se pueden hacer reservas, facebook, twitter y hasta un canal de youtube….
Renovarse o morir.
Marga G.-Chas Ocaña
[gallery ids=»12839,12844,12849,12847,12837,12845,12838,12850″]