El lujo, más asequible que nunca
Del mismo modo que ha crecido y crece la pobreza en el mundo, también han surgido y surgen cada día más ricos. No se puede evitar esta proyección contradictoria en un Planeta que ha decidido seguir el sistema capitalista y de libre mercado. Ambas corrientes se “alternan” continuamente por mecanismos legales y en ocasiones por otros “menos legales”. Es decir, cualquier rico puede despertar un día completamente arruinado y al mismo tiempo, cualquier pobre puede ser mañana la “estrella del momento”. Existe la teoría caótica (de Caos) que reza: “cuando ficha un deportista por una cantidad millonaria, aparecen 100 pobres más en la Tierra”.
Creo que no hace falta disertar con ninguna teoría matemática para demostrar este dicho sabido. En la mayoría de países desarrollados, a través de las listas contributivas públicas, podemos observar la certidumbre del fenómeno. En España crecen desproporcionadamente cada año el número de contribuyentes que declaran rentas superiores a los 6 millones de euros anuales, y también crecen los desempleados y los que lo han perdido todo. En China, por ejemplo, donde tales listas son “menos públicas” resulta que es donde se confirma la regla. Al enriquecerse China, con una clase media/alta de 300 millones de personas y más de 350 multimillonarios, ha tenido que nutrirse de dos fuentes, la externa, provocando una crisis de mercado galopante en Occidente, y otra interna, donde casi 1000 millones de personas viven en el umbral de la pobreza.
Con la entrada del Euro se ha experimentado un “extraño ajuste de precios”. Los artículos de primera necesidad y, en general, los artículos baratos, han sufrido una subida imparable y continua en estos casi 17 años últimos (desde su entrada en vigor). Por el contrario, cuesta lo mismo un reloj de oro o un coche deportivo de lujo en el mismo periodo de tiempo. Con la salvedad de que el “redondeo” del que hablaron las Autoridades y que se debía aplicar en todos los artículos, se realizó a la baja en los artículos de lujo y al alza en los entonces baratos.
Por consiguiente, al unir el fenómeno del aumento de más familias con poder adquisitivo alto y la posibilidad de mantener los precios del lujo estables, ha proporcionado un mercado del lujo diversificado, solvente y atractivo, haciéndose más asequible incluso a todos los bolsillos por los métodos de pago fraccionado. Resulta más beneficioso ahora un comercio de productos de lujo que de cualquier otro tipo de artículos. Bien es cierto que se necesita del “ambiente empobrecido” para que el lujo resurja como el Ave Fénix de las cenizas, pero ese es el Sistema que hemos elegido los humanos.
La Historia es la de siempre: quien está en el colectivo menos afortunado reniega del Sistema y observa la vida con un prisma carente de colores, y el que está inmerso en la opulencia, ni siquiera es consciente de las necesidades ajenas. Es algo tan viejo como Buda, primer ejemplo de personaje importante que sufriría esta “dualidad económica” del ser humano, hace más de dos milenios y medio. Otra contradicción chocante la encontramos en que podemos realizar todo un trabajo interesante sobre la evolución del lujo y nuevas tecnologías, pues artículos que hace décadas eran considerados poco asequibles o nada por su alto precio, resultan imprescindibles en cualquier hogar, sea cual sea su poder adquisitivo. Un ejemplo visible es la telefonía móvil. También observamos un crecimiento del lujo en otros sectores donde nunca o pocas veces se presentaron. Por ejemplo, en el mundo de la Alimentación, prolifera en Occidente (también en China y Japón) una obsesiva búsqueda por el manjar, por el más delicado producto para el paladar, algo que yo mismo intento descubrir día tras día para los lectores de Estilos de vida.
[gallery ids=»13429,13430,13431,13432,13433,13434,13435,13436,13437,13438,13439,13440,13441,13442″]
Toni Ferrando.