Donald Trump en Mar-A-Lago su exclusivo Club de Florida

Estos días, todo el mundo posa los ojos sobre una de las propiedades más apreciadas del nuevo presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Hablamos de Mar-A-Lago, una inmensa finca en Palm Beach, Florida, en la que Donald Trump ha anunciado que pasará la fiesta de Acción de Gracias y que es una de las propiedades Trump en la que suelen reunirse la familia en ocasiones especiales, fiestas y durante los veranos.

Mar-A-Lago es noticia estos días desde que Donald Trump comentó a los medios que pasaría en Palm Beach la fiesta de Thanksgiving con su familia; se han publicado innumerables fotos de la finca desde el exterior, pero nosotros te vamos a enseñar como es por dentro.

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Lo primero, Mar-A-Lago no es una residencia privada, lo fue hace años, pero Donald Trump la ha convertido en un resort de lujo, un exclusivo club de golf con hotel de cinco estrellas. Trump adquirió Mar-A-Lago en 1985, cuando aún estaba casado con Ivana, por la cantidad, exorbitada para la época, de 10 millones de dólares. Hoy en día está valorada en más de 250 millones. En el momento de la compra, Mar-A-Lago era una especie de residencia para presidentes retirados, gestionada por una fundación. Donald Trump le dio uso como residencia privada durante una década, hasta que en 1995 se decidió a convertirlo en un lujoso Club de Golf, al estilo de los Clubes de Campo ingleses.

Mar-A-Lago es una gran propiedad considerada Monumento Histórico, situada estratégicamente entre el océano y el lago Worth. El edificio principal, que parece más un castillo que una mansión, fue construido en 1923 -aunque las obras duraron 4 años- por su primera propietaria, Marjorie Merriweather Post (entonces la Sra. E. F. Hutton y heredera del imperio de los cereales Post). Por aquel entonces, la zona era poco más que un pantano, ahora mismo, sus 20 hectáreas de terreno son consideradas la parcela más valiosa de todo Florida.

El castillo de Mar-A-Lago, es una gran construcción, resistente a los huracanes y anclada a un arrecife de coral a base de hormigón y acero. Su estilo es claramente Mediterráneo, muy popular tanto en California como en Florida, con muchos detalles inspirados en el Al-Andalus: patios, fuentes, azulejos, etc… aunque con otros elementos muy del gusto de Trump, que siempre tiene un ojo en Versalles y otro en Venecia.

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El edificio tiene forma de media luna, está rodeado de jardines y piscinas y de él sobresale torreón de casi 23 metros de altura. Los trabajos fueron encargados a varios arquitectos, Marion Wyeth, el austríaco Joseph Urban (antiguo arquitecto del emperador Franz Joseph). Los trabajos escultóricos son obra del escultor Franz Barwi, que junto con su hijo se pasó casi tres años trabajando en la decoración del castillo. Para los revestimientos decorativos se utilizó piedra importada de Génova; azulejos españoles antiguos, algunos datan del siglo XV; el mármol blanco y negro procede de un antiguo castillo de Cuba, igual que las tejas de la cubierta.

Mar-A-Lago es un exclusivo Club de Campo, un resort con campo de golf y hotel de cinco estrellas que cuenta con 114 habitaciones disponibles para huéspedes y una suite permanente para Donald Trump. Una de las primeras reformas que hizo el magnate al adquirir la propiedad fue añadirle un salón de baile impresionantemente grande, el más grande de Palm Beach, acabado en cristal y oro al estilo Luis XIV, que se utiliza para la celebración de bodas (por ejemplo, la de su hijo Eric en 2014).

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Mar-A-Lago es uno de los clubes más exclusivos de Estados Unidos. Entrar a ser socio cuesta 250.000 dólares y aunque varios medios, como el Post, han publicado “ofertas” de membresía al módico precio de 100.000 dólares, Trump siempre ha negado que haya hecho “rebajas” en la cuota de admisión. Mar-A-Lago cuenta con instalaciones y servicios exclusivamente para socios y otros para los “invitados”. Mira cómo es la entrada de la suite privada de Donald trump en Mar-A-Lago.

Te dejamos con un vídeo del post que hace un pequeño recorrido por el interior de Mar-A-Lago en el que puedes ver, además de las instalaciones tal y como suelen estar habitualmente, algunas de las decoraciones especiales para la campaña electoral de Donald Trump. Desde luego, visto lo visto, no entiendo como alguien se ha podido extrañar del hecho de que Trump se quedara con los votos de Florida, viendo el lujo, oropel y el brillante papel de regalo en el que envolvió su campaña, cuyo lazo fue sin duda, este resort de lujo en el que se ha convertido Mar-A-Lago.

Marga G.-Chas Ocaña