David Choe y su graffiti made in Silicon Valley
David Choe es un artista del graffiti, uno de los más influyentes actualmente y ha llegado a ser comparado con Baskiat, no por su trayectoria, pero sí por su éxito y proyección. Las obras de Choe tienen mucha fuerza y personalidad, su uso del color y la combinación de técnicas hacen que sus pinturas resulten fácilmente reconocibles. Pero hay algo más que ha colocado a David Choe en el punto de mira y es que sus pinturas murales en las oficinas de Facebook de Silicon Valley le han hecho ganar más de 200 millones de dólares.
La historia de David Choe podría ser perfectamente el guión de una serie o una película. Nacido en el barrio de Korea Town, en Los Ángeles, en 1976, comenzó como grafitero, pero su originalidad y versatilidad combinando materiales y técnicas, pronto lo hizo ascender de las calles a las galerías de arte. Su éxito fue muy rápido, con 20 años ya estaba realizando exposiciones internacionales, era conocido en círculos de vanguardia y sus obras alcanzaban precios realmente altos. Ha realizado exposiciones en lugares escogidos de todo el planeta, desde Londres hasta Dubai, pasando por Tokio, Beijing, Barcelona o Nueva York.
Juventud, dinero, viajes… una combinación ideal para dejarse llevar por los excesos y David Choe no fue una excepción en este sentido. Altercados, drogas, noches sin dormir, lejos de perjudicar la fama de Choe, le rodearon de una aureola de “chico malo” que le hizo ganar encanto y reputación de “enfant terrible” del arte contemporáneo. Por ejemplo, en 2003, David Choe viajaba a Japón para la inauguración de una exposición y fue detenido por alteración del orden público durante tres meses por una pelea con un guardia de seguridad. Lejos de permanecer inactivo, Choe empleó el tiempo en pintar 600 obras, retratos y dibujos eróticos, que realizó con lo que pudo: salsa de soja, té, sangre y orina.
En 2005, Sean Parker, -fundador de Napster y socio de Mark Zuckerberg en Facebook que, por entonces era una exitosa start-up de Silicon Valley-, le ofreció a David Choe decorar con sus graffitis su sede de Menlo Park. Parker seguía la obra de Choe desde hacía varios años y estaba muy empeñado en que fuera él quien realizara el trabajo. El encargo se valoró en 60.000 dólares.
Parker hizo con Choe lo que hacía con todo el staff y colaboradores de Facebook,: darle a escoger entre cobrar en dinero contante y sonante o poner a su nombre acciones de la empresa por ese valor. Aunque David Choe no era, para nada simpatizante de las incipientes empresas digitales, redes sociales y ni siquiera era usuario de internet, decidió confiar en Sean Parker y, puesto que su situación económica era ya desahogada gracias a su éxito, aceptó las acciones.
Esas acciones por valor de 60.000 dólares, han aumentado su valor, 13 años después hasta 200 millones de dólares y, puesto que fueron el pago por la obra de Choe, esto convierte su mural de las oficinas de Menlo Park en el mural más caro del mundo. Hasta ahora, el título lo ostentaba el artista británico Damien Hirst gracias a un mural con un mural que alcanzó el precio de 152 millones de dólares en una subasta de Sotheby’s.
La exitosa relación entre David Choe y Facebook ha dado gran popularidad al artista, que es conocido por seleccionar a su clientela tanto como por sus excentricidades. Su etapa de excesos terminó gracias a una angina de pecho tras cinco días seguidos de fiesta. El susto llevo al artista a replantearse su vida y buscar la estabilidad. Choe ha retratado a muchos personajes famosos e influyentes, desde grupos de música, como Linkin Park hasta al presidente Barak Obama.
Aunque dejó los excesos, continuo con sus excentricidades, por ejemplo, en 2012 realizó en Los Angeles una exposición súper exclusiva en la que, para asistir a la inauguración había que pasar un proceso de selección y firmar un acuerdo de confidencialidad. David Choe elegía el mismo a los asistentes, que no podían revelar nada sobre lo que veían en la exposición.
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Hay un documental sobre la vida y carrera artística de David Choe. Se llama Dirty Hands (Manos Sucias)y está firmado por Harry Kim. Lo cierto es que es un personaje muy mediático y su figura irreverente, su inteligencia y su capacidad para plasmar emociones resulta muy atractiva. Esto lo ha llevado a aparecer en varios programas y series de televisión y a producir el mismo algunas obras en soporte multimedia.
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