Tren Yixinou, la ruta de la seda del siglo XXI
Los chinos quieren dar la vuelta a la Historia y protagonizar gestas sin precedentes. La iniciativa ferroviaria Yixinou ya está en funcionamiento, devolviendo la importancia a este medio de transporte que había perdido en los últimos tiempos. Con los trenes de Alta Velocidad como una atractiva y rápida forma de transporte de viajeros terrestre, en los países más desarrollados, se une ahora la comercial, en lo que pretende ser el tren Yixinou, la ruta de la seda del siglo XXI, nada menos que 13.052 km, partiendo desde la ciudad de Yiwu, en la costa sureste de China, con la estación de destino situada en Madrid, la capital de España, el trayecto ferroviario más largo del mundo, relegando a los míticos Transiberiano y Orient Express a meras rutas turísticas, que ni juntas la superan en recorrido.
El primer objetivo de esta iniciativa china es puramente comercial. Sólo hay que observar el punto de partida: Yiwu, que es un gigantesco centro comercial de China, con miles de tiendas y almacenes de todo tipo, abastecedora principalmente de las mega ciudades Hong Kong y Shanghai, puerto de salida de miles de contenedores diarios, y su destino: el Polígono de Cobo Calleja de Madrid, una gran área distribuidora en el centro de la Península Ibérica. Hasta 82 contenedores es capaz de transportar este “tren de regalos” chino, casi todo de mercancías de uso corriente y manufacturas sencillas, de los cuales 30 de dichos contenedores se han quedado en Madrid.
Las ventajas de usar el ferrocarril con respecto al actual servicio de transporte marítimo es obviamente el tiempo, ya que llega a Occidente hasta en la mitad del tiempo que en éste, además de evitar los “puntos” estratégicos, como el Canal de Suez, donde supone unas tasas y un tiempo de demora que el tren no ocupa. Con respecto al avión, la ventaja del tiempo es inferior, pero el precio del servicio, por el contrario, es mucho más reducido. Así que podemos decir que es una solución “intermedia” entre el aire y el mar con ventajas sustanciales contra ambas.
El primer viaje ha tenido sus paradas en Shanghai, Xian (antigua meta de la mítica “ruta de la seda”) y Dostyk en territorio chino, Moscú en Rusia, Brest en Bielorrusia, Berlín en Alemania e Irún, ya en tierras españolas. El trayecto se realiza en 21 días. La vuelta prevista para febrero supone otro reto comercial, esta vez para los comerciantes españoles que pretenden llenar los vagones-contenedores de productos nacionales, como puede ser el aceite de oliva, el vino o el jamón ibérico. España es el séptimo socio comercial de China de los países que conforman la Unión Europea y a su vez China es el mayor socio comercial de España fuera de la UE, así que todas las previsiones se auguran más que positivas.
Quizás en un futuro no muy lejano surja alguna iniciativa para “colocar” vagones de pasajeros, o incluso intercalar algún tren turístico, esos que nos trasladan a las historias más románticas del Orient Express y disfrutar de 21 días de increíbles parajes naturales, aunque posiblemente la idea se haría efectiva aumentando el número de paradas en otras muchas estaciones de tan extenso recorrido y con ello se perjudicaría la rapidez comercial. Pero ya se verá.
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Toni Ferrando.
