Rioja Cune Imperial, un vino campeón
Desde hace 25 años todos los años se celebra en Estados Unidos una grandiosa cata de vinos para decidir qué vino es el mejor del año, de entre 13 países de todo el mundo. De los más de 20.000 vinos probados, los 100 mejores se inscriben en la revista Wine Spectator, donde se suele ver mucho vino californiano y australiano, pero no deja de ganar año tras año un gran prestigio internacional. El año 2013 ha encabezado la lista el Rioja Cune Imperial, un vino campeón en todo evento donde se presenta.
El Rioja Cune Imperial Gran Reserva 2004 ha obtenido la mayor puntuación, 95, calificado por los expertos como “muy recomendable”, en un análisis donde se mide en cada cata la calidad, disponibilidad, precio y el llamado “factor x”, ese grado de pasión que despierta en el catador su sabor. Este vino español ha destacado por encima de vinos como el Burdeos francés Château Canon-La Gaffelière St.Emilion 2010, que puntuaba incluso por encima, con 96 puntos en la previa, o el estadounidense (gran vino de la casa) Domaine Serene ‘Evenstad Reserve’ Pinot Noir, con los mismos 95 puntos del riojano.
No es ninguna sorpresa que un Rioja obtenga distinciones y los más altos honores allá por donde se cate y, cuando una cosecha sale excelente, los paladares se deleitan en cualquier mesa del mundo. Estos vinos de Cune (Cvne) lo hacen desde 1879, cuando se funda la Compañía Vinícola del Norte de España por los hermanos Raimundo y Eusebio Real de Asúa, una tradición que perdura hasta nuestros días elaborando unos magníficos caldos por sus descendientes directos.
En los años 20 surge el vino denominado Imperial, pensado originalmente para el mercado anglosajón y que pronto ganaría prestigio. Es una mezcla de uvas tempranillo en un 85 %, graciano 10 % y mazuelo en un 5 %. Esta cosecha del 2004 se clasificó como Excelente, con uvas de los viñedos de Rioja Alta. Su crianza en barrica de roble americano y francés, antes de ser embotellado, se clarifica a la manera tradicional con claras de huevo. Finalmente pasa a envejecer en las condiciones de temperatura y humedad idóneas para salir al mercado.
El catador primero queda absorto con su color rojo rubí intenso. En la nariz queda ese aroma a frutos del bosque maduros, regaliz de palo y especias procedentes del tostado medio de las barricas nuevas de roble americano y francés. En boca entra suave pero con personalidad, elegante y fino. Una retronasal profunda y duradera, evocando recuerdos a bosque otoñal. El maridaje perfecto abarca pescados y todo tipo de carnes, y su temperatura de servicio es de 18º-20º.
Las bodegas de esta marca emblemática forman una Ruta del Vino que se hace imposible de evitar para todo turista. Recorre desde Haro, donde podemos encontrar los vestigios más antiguos, hasta Logroño, un camino que pasa por las bodegas de Viña Real de Laguardia y los viñedos del Contino en Laserna (Álava), toda una gozada de parajes naturales y de una gastronomía inolvidable.
Toni Ferrando.