Numismática de alto nivel

Guardar dinero es una afición tan antigua como el mismo, pero el coleccionismo relacionado con el dinero es algo más complejo que el simple hecho de guardarlo. Y dentro de este coleccionismo existe una numismática de alto nivel, ocupados en buscar sobre todo las piezas más raras y valiosas, tanto en moneda y medalla conmemorativa, que es relativamente moderna, como los billetes de curso legal. El numismático de alto nivel ya atesora colecciones importantes y suele, como mínimo, poseer la de su país completa y en buen estado de conservación, pasando luego a interesarse por el circuito internacional, donde la colección tomará unas dimensiones temporales y espaciales muy considerables. También podemos observar que muchos numismáticos sólo se dedican a un tipo limitado de piezas, por ejemplo a coleccionar sólo monedas de oro y plata. Se debe resaltar que las colecciones de billetes siempre han estado por debajo, por el simple hecho de que su soporte no posee ningún valor material y muchos numismáticos ni siquiera los coleccionan.

Así tenemos que la pieza estrella de la numismática es la moneda de oro y está demostrado que atesorar una buena colección resulta rentable y tiene muchas ventajas fiscales, ya que el oro rara vez puede bajar de valor, por no decir nunca y se añade otro valor, el histórico. Al igual que en otros tipos de colecciones, existen las rarezas, tanto por la escasez, como por emisiones con errores. Hasta la fecha, la moneda que más ha costado en una subasta, es una doble águila 20 $ de oro por la que se pagó 7,6 millones de dólares en EE.UU., en el año 2002. Se trata de la última moneda de oro emitida en dicho país, en 1933, justo antes de que Roosvelt mandara retirarlas de la circulación y fundirlas. También he leído una noticia de 1 $ de 1794, de plata que ha podido ser vendido por más de 10 millones de dólares, en subasta pública, en la Galería Bowers Americana, el pasado mes de enero, superando a la anterior.

En el año 2009, en Barcelona, se presentó una colección fantástica de 2.200 piezas de oro. Se considera la moneda de 1 centén segoviano de 1609, adquirida por un coleccionista centroeuropeo y que pagó 800.000 €, como su pieza estrella. Una de la misma colección, otro centén de 1633, se vendió por 500.000 €. La diferencia de su valor no es temporal, sino que la primera moneda es única y de la segunda quedan 4 en todo el mundo. Calcular el valor de dicha colección, llamada “Caballero de las Yndias”, resultaría algo difícil. Había piezas desde el siglo I de origen romano, hasta el siglo XX de Alfonso XII. Todas son de oro y se calcula que en la subasta se movieron alrededor de 15 millones de euros, hasta ahora, la colección privada vendida en subasta pública más cara del mundo.

Toni Ferrando.