Mega-proyecto de ingeniería en Noruega

antonio 24 agosto, 2016

Noruega no pasa por su mejor momento económico. A pesar de que sufre una importante recesión, al igual que el resto de países europeos, no quiere demorar por más tiempo un fabuloso proyecto de ingeniería para «pasar» sus fiordos con el fin de mejorar las comunicaciones y poder ofrecer una mejor infraestructura tanto para los residentes como para el turismo, objetivo principal y con el que se espera compensar la fuerte inversión.

Noruega se caracteriza por una orografía compleja, con una línea de costa saturada de accidentes hidrográficos (fiordos), que ocasionan una lenta comunicación terrestre. El mega-proyecto recorrerá 1.100 kms de Sur a Norte cerca de la línea costera. En la actualidad se tarda en recorrer dicha distancia alrededor de 21 horas, reducidas a la mitad cuando finalicen las obras, que se calcula terminarán dentro de veinte años.

La E39 será una autopista de lo más singular. Para recorrer la distancia entre Kristiandsand y Trondheim (602 kms), actualmente se debe transitar por una carretera de unos 1.200 kms de longitud sorteando los accidentes orográficos, principalmente los más de 500 fiordos de esa zona Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Con la solución emprendida por los expertos y Autoridades noruegas, mediante túneles submarinos y flotantes, túneles en determinadas montañas y puentes elevados de hasta 1.700 m. (uno de 3700 m de estructura) de longitud (será uno de los más largos del mundo sino el más), se reducirá a la mitad el tiempo de recorrido, que será al fin un trayecto casi en línea recta y sin obstáculos.

La tecnología a desarrollar no es nueva, pues los túneles flotantes ya se utilizan con éxito en muchas partes del mundo. Con la supresión de siete transbordos en ferry que ahora se deben realizar, se reducirá la mayor parte del tiempo que se usa en un viaje que recorra la zona. Se calcula en unos 28 mil millones de euros el presupuesto para las obras, que serán sufragados en parte por los futuros peajes que se impondrán a los vehículos que circulen.

Probablemente no es el aspecto técnico lo que más ha preocupado a las Autoridades noruegas, sino el ambiental. Existen soluciones más “económicas” para pasar de un lado de la orilla a otro, todos ellos sobradamente conocidos, pero han visto que ésta era la solución que puede ocasionar menos impacto medioambiental. Se eligió la flotabilidad de los túneles para que no se ocasionaran “daños” irreversibles en los fondos acuíferos y, al mismo tiempo, que las embarcaciones pudieran navegar sin barreras artificiales, ni mecanismos demasiado difíciles de sortear, como puentes levadizos o éstos a suficiente altura para no sembrar las dudas por posibles colisiones. Pronto observaremos una nueva Noruega, mucho más accesible al turismo, pues se ha pensado en añadir un carril de bicicletas para esos aventureros que desean conocer los países a una velocidad más contempladora.