Lujo y bienestar en el Balneario La Hermida
Se puede encontrar un Hotel de lujo que reúna numerosas características dirigidas al confort y servicio, base fundamental para su elección, pero que además se encuentre en un paraje natural sin igual, como son los Picos de Europa, y que aumente el bienestar de los que se alojen en sus fantásticas habitaciones, ya es otro cantar. Por eso me ha llamado la atención el Balneario La Hermida, un lugar perfecto para cualquier tipo de escapada, enclavado en un paraje natural único, modernas instalaciones y un SPA alimentado por las aguas termales del lugar, con propiedades beneficiosas para la salud.
El Balneario posee una rica historia vinculada siempre a las propiedades curativas de su manantial. Desde muy antiguo se conocía el lugar como Aguas Caldas, ya que sus aguas manan siempre a la temperatura de 60º. Probablemente se pasaría de un topónimo popular “Hervida” a Hermida, su nombre actual, teniendo mucha lógica, pero no comprobado por fuentes escritas. Los monjes benedictinos del Monasterio de Liébana solían visitar la zona para tomar los baños saludables. Es por obra de un farmacéutico de esta Orden por lo que a mediados del siglo XIX se conoce un primer estudio escrito sobre las propiedades beneficiosas de sus aguas y se hace constancia de que al menos desde mediados del siglo XVIII se construyeron instalaciones.
Siendo en Peñarrubia de uso público los manantiales junto al río Deva, se construyó un edificio en el siglo XIX, que en 1851 acogía a 706 enfermos de diversas dolencias, edificio que quedaría abandonado en la Guerra Civil Española. En el año 2003 se proyectaría lo que vemos hoy en día: la restauración del antiguo edificio, ampliado y mejorado con modernas instalaciones, con un resultado impresionante en todos los aspectos. Un Hotel con 57 habitaciones, decoradas individualmente, con el nexo del estilo cántabro de tratamiento de la piedra para sus muros y paredes, muy elegantes y majestuosas.
El aspecto del nuevo Hotel-Balneario La Hermida, inaugurado en 2006, se asemeja a un palacio de los muchos y míticos que se pueden visitar en Cantabria. Además de las habitaciones y de su reconstituyente circuito de Spa, donde se puede seguir cualquier tratamiento con aguas minero-medicinales, disponen de un buen restaurante para degustar la rica gastronomía local, un restaurante tranquilo y orientado hacia la naturaleza del entorno. Por cierto, numerosos visitantes del Balneario deciden recorrer los senderos por la frondosa arboleda o seguir el curso del río, donde se practica la pesca o el piragüismo con asiduidad.
Las actividades son múltiples en este lujoso balneario. En el interior disponen de salón de ocio, piscinas cubiertas, baños, salón de belleza y si se desea la máxima relajación, se puede pedir tratamientos con masajes anti-estrés. En el exterior tenemos un parque, terraza solarium, una antigua capilla rehabilitada. Se pueden seguir las numerosas actividades deportivas que se programan al aire libre, como actuaciones de bailes regionales (gaiteros), excursiones, ejercicios de yoga y baile, etc. El Gran Hotel La Hermida posee la categoría de Cuatro Estrellas, pero a diferencia de la mayoría de ellos, ofrece cosas únicas que no podemos encontrar en muchos lugares del mundo. Su situación, enclavado en la entrada al valle de Liébana, le otorga un clima no demasiado frío en invierno y templado en verano. Se encuentra en la ruta jubilar hacia el Monasterio, así que este año nos puede resultar una parada magnífica para el conocimiento y peregrinaje por esta maravillosa Comunidad Autónoma de Cantabria.
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Toni Ferrando.