El rodio y otros metales preciosos

antonio 27 mayo, 2014

Basándonos en el uso que damos a los metales en la alta joyería, el rodio y otros metales preciosos, como puede ser el chapado de rodio sobre oro blanco o platino, resulta la joya sin pedrería más cara del mercado. Un anillo de rodio puro sería sin duda el capricho más caro que se puede imaginar. El precio por onza del rodio ronda los 10.000 dólares, con una fluctuación de +-100$ dependiendo de las cotizaciones, algo que lo convierte en el metal más caro del mundo.

Existe una lista de elementos “muy nuevos”, con unas características magnéticas apropiadas para las nuevas tecnologías. El cerio, el turbio, el tulio y el lantano son algunos de estos metales raros que en poco tiempo nos irán pareciendo más familiares, pues son componentes de las baterías de los coches híbridos, lámparas de bajo consumo, aparatos de rayos X y rayos láser, catalizadores, colorantes de cristales, o el erbio que es un componente de la fibra óptica, filtro para el revelado fotográfico o amortiguador de neutrones en tecnología nuclear. A pesar de la rareza de estos nombres, el rodio sigue siendo más escaso. Todos estos metales magnéticos llamados REE o Tierras Raras se producen y manipulan en China. El 45 % de las minas se encuentran allí y el 90 % se procesa en sus fábricas.

Así y todo, con la aparición de numerosos metales considerados raros, el ranking de metales preciosos y caros lo siguen encabezando el oro, el platino y el rodio, en orden de menos a más caro. Con la búsqueda de nuevos yacimientos por todo el mundo, posiblemente estos metales REE bajarán más de precio, pues parece que en Suecia, Sudáfrica, Australia y otros países están teniendo éxito y van apareciendo nuevas minas con gran cantidad de metales de este tipo. De todas formas, para gran parte de lectores el rodio sigue siendo desconocido, por eso bien vale la pena hacer un repaso a sus propiedades y usos más comunes.

El rodio es un elemento químico descubierto en 1803 por el químico inglés William Hyde Wollaston. Siempre ligado al mineral de platino, este científico lo diferenció, catalogándolo como elemento de número atómico 45 y en el grupo 9 de la tabla periódica, con el símbolo Rh, en honor al color rosáceo típico en su estado mineral. Está incluido en el mismo grupo que el platino, tal y como ocurre en la naturaleza, pues le sirve de catalizador, considerándose como un metal de “transición”.

Es un metal dúctil (puede moldarse y dividir en hilos y láminas con facilidad), de color gris plateado, resistente a los ácidos y sólo se disuelve en ácido sulfúrico concentrado y caliente y dividido en pequeñas porciones. Tiene un punto de fusión mayor que el platino y menor densidad. Su estado de oxidación más común es +3, prácticamente no se oxida. Un uso cotidiano del rodio es como catalizador de hidrocarburos, dada su resistencia, maleabilidad y fácil galvanizado. Sus capas forman superficies duras, de brillo permanente y resulta muy resistente al desgaste. Todas estas características llamaron pronto la atención de los expertos joyeros que lo han ido adaptando a las mejores piezas de sus colecciones. Se utiliza sobre todo en anillos, brazaletes y en exclusivas pulseras de reloj.