El reloj más caro del mundo sigue siendo Patek Philippe

El mundo de la relojería es casi infinito ya que se dirige prácticamente al 100% del público y abarca desde los modelos más básicos hasta los más innovadores o exclusivos. No vamos a hablar aquí sobre la historia de la relojería, que sería tema para varios artículos, sólo quiero hacer una breve revisión de los motivos por lo que un reloj puede pasar de ser un artículo de uso cotidiano a ser un artículo de lujo.

Los relojes se destacan tanto por su continente como por su contenido. Las marcas de relojes que hoy están consideradas como “exclusivas” han llegado a serlo porque sus investigaciones han dado como fruto importantes avances en aspectos como la precisión o el tamaño y ello gracias a sistemas de fabricación artesanales, el desarrollo de maquinarias con nuevos materiales y la capacidad para admitir cada vez más funciones, lo que en relojería se denomina “complicaciones”. Así es que tenemos modelos de relojes que son valiosísimos por su interior, fabricado a mano, con funciones únicas, algunos de los cuales únicamente re realizan por encargo y pueden adquirirse tras una espera, más o menos larga ya que hay que guardar cola porque se fabrican de 1 en 1.

Además de su importancia técnica, a los relojes hay que sumarles el continente, es decir, la carcasa que guarda esa valiosa maquinaria y en muchas ocasiones es aún más valiosa. Lo más obvio es el aspecto de los materiales utilizados en su fabricación: acero, plata, platino, titanio y –por supuesto- oro de todo los colores, grosores y valores; está claro que el valor del material utilizado incrementa el valor del reloj, que ya se dispara si le añadimos algún tipo de piedra preciosa como ornamento. Aún dentro de esto hay categorías, puesto que al valor de los materiales habrá que sumarle el plus del diseño y la exclusividad de la edición; así, ediciones limitadas firmadas por el autor siempre serán mucho más costosas y exclusivas.

No son muchas las marcas que podemos englobar dentro de esta categoría de lujo y exclusividad máxima y dentro de cada marca, solo unos muy pocos modelos cumplen los requisitos para ser considerados de ultra lujo; por ejemplo el reloj De Bird Repeater de Jaquet Droz, del que solo se editaron 16 unidades cada una de las cuales tardó 2 años desde su diseño a su creación artesanal, con carcasa de oro rojo o gris con diamantes y rubíes; el reloj Tour de I’lle de Vacheron Constantin uno de los relojes de pulsera más complicados e impresionantes del mundo, del que solo se fabricaron 7 unidades en 2005 que se vendieron por riguroso encargo al precio de 3.950.000 dólares cada uno. Jaeger, Girard Perregaux, Richard Mille, A Lange & Sohne, Hublot, Roger Dubuis, Greubel Forsey, son algunas de las marcas que muy muy raramente podrás encontrar a la venta fuera de una joyería o relojería de altísima gama y que se encuentran entre las mejor consideradas del planeta.

Dentro de esta categoría, Patek Philippe, tiene el honor de haber batido varios records a todos los niveles, tanto por las innovaciones a nivel mecánico incorporadas a sus relojes, como por detalles relacionados con sus diseños y por supuesto por el precio alcanzado por algunos de sus modelos; este record se ha batido nuevamente hace unas pocas semanas, por lo que hoy por hoy, el reloj que ha alcanzado en una subasta el mayor precio de venta de la historia, vuelve a ser un Patek Philippe.

El año pasado, hubo un reloj al que se dirigieron todas las miradas, fue el reloj de bolsillo «Henry Graves Supercomplication» de Patek Philippe que alcanzó la cantidad record de 21,3 millones de dólares en una subasta realizada conjuntamente por Christie’s, Sotheby’s y Antiquorum en Ginebra. Henry Graves Supercomplication es un reloj de bolsillo único, encargado al relojero suizo por el banquero de Nueva York Henry Graves en 1925 y que Patek Philippe tardó más de 5 años en realizar, ya que consta de más de 900 piezas, cada una de ellas hecha y ensamblada a mano.

Este año le ha tocado llevarse los aplausos a otro modelo de Patek Philippe, en este caso un reloj de pulsera de acero que fue subastado durante el pasado mes en el evento “Only Watch 2015” celebrado con fines benéficos en el exclusivo La Reserve Hotel Ginebra, una subasta que se realiza cada dos años bajo el patrocinio de su alteza el Príncipe Alberto II de Mónaco. El reloj de Patek Philipe fue listado con un precio de venta de entre 700,000-900,000 francos suizos y sin embargo alcanzó la cifra record de unos 6.700.000 euros tras 9 minutos de tensa puja entre dos postores anónimos que pujaban telefónicamente.

Este tourbillon de Patek Philippe es uno de los modelos clásicos de la categoría de los Grand Complications, una colección que se realizó entre los años 1993 y 2011. Se trata de un reloj de pulsera de estilo Calatrava, de cuerda manual, con tourbillon, repetidor de minutos y calendario perpetuo con pantalla de fase lunar dotado con una fecha de mano retrógrada. Comprende 506 piezas, todas cuidadosamente creadas y ensambladas a mano y es un perfecto ejemplo de la dedicación a la excelencia por la que se destaca la marca Patek Philippe.

Marga g.-Chas Ocaña

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