Dominó de oro y diamantes de Lieb Manufaktur y Veridor

Si aún andas buscando regalitos para Reyes y sabes de alguien a quien le gusten los juegos de mesa, probablemente este artículo te guste. En varias ocasiones hemos visto juegos de mesa en ediciones limitadas que llamaban la atención por su belleza y exclusividad, sobre todo tableros y piezas de ajedrez y maletines de backgammon, pero es la primera vez que hablamos de un dominó como el que vas a ver a continuación.

Dos empresas alemanas, Lieb Manufaktur, especializada en juegos de mesa de lujo y Veridor, que se dedica a la personalización de objetos en oro, se han asociado para la presentación de este valioso dominó, que probablemente sea el más exclusivo y caro del mundo. Cuando se plantearon la colaboración, la idea era crear un juego con el que se pudiera disfrutar, pero que además tuviera un valor eterno y sorprendiera por su belleza. Si prestáis un poco de atención a las imágenes, podréis comprobar que han cumplido con todas sus expectativas.

Este dominó de oro y diamantes de Lieb Manufaktur y Veridor ha sido diseñado de acuerdo con los principios de Lieb Manufaktur “el placer en la singularidad y el amor al detalle”. Cada una de las 28 piezas que integran este juego de mesa clásico ha sido hecha de forma artesanal en oro macizo de 18 quilates y los marcadores de las cifras son diamantes incrustados.

Realmente, este dominó es mucho más que un juego, es una joya, una pieza única para coleccionistas o, si no te gustan demasiado los juegos de mesa, puedes considerarlo como una inversión segura, ya que el oro y los diamantes nunca pierden su valor. Si adquieres el set del juego completo con las 28 fichas, su precio es de 147.000 euros, pero piensa que con el dominó de Lieb Manufktur y Veridor, estás comprando casi 2,5 kilos de oro macizo y un total de 168 diamantes.

Si el dominó completo supera tu presupuesto, no te preocupes, puedes adquirir también las piezas por separado, o encargar simplemente 1. De cualquier forma, es un objeto que además de su utilidad lúdica y de su evidente belleza, tiene un valor de los que nunca pasan de moda y, por aquello de las dudas, viene con su certificado de autenticidad.

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Marga G.-Chas Ocaña