Diseño plural en el siglo XXI
Hasta mediados del siglo pasado, una silla era una silla y la hacía un carpintero; una lámpara era una lámpara y eso era cosa de electricistas, de las cocinas no había ni que preocuparse porque eran cosa de mujeres y mientras hubiera un fogón estaban bien; el mobiliario de la casa era el gran protagonista de los regalos de boda y en muchas casas, era para toda la vida, nadie pensaba en cambiar un mueble a no ser que se rompiera.
Con la ropa pasaba algo parecido y muchas prendas se compraban o no en función de su durabilidad, por ejemplo, los zapatos debían de ser cómodos, pero sobre todo resistentes y la ropa de abrigo lo mismo, porque debia durar muchos años. Imaginaros por un momento y con lo que han cambiado las cosas, lo que puede suponer para nuestros abuelos el concepto consumista del mundo de la moda, que impone una renovación de armario ¡cada 3-6 meses!
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¡Quién nos iba a decir que viviríamos tiempos en los que una silla podría ser un objeto de exposición en una galería de arte o un museo o que en la creación de objetos como un vestido, un par de zapatos o una joya, intervendrían procesos artísticos y artesanales que se conjugan y apoyan en nuevas tecnologías!
La era del diseño plural
En plena época del surrealismo, Dalí asombraba al mundo por la disparidad de sus diseños aplicados a objetos cotidianos, y se le consideraba, en su momento como un vendedor nato, de sí mismo y de su obra. Posteriormente se le ha calificado como un curioso incansable, precursor de conceptos publicitarios que no alcanzarían su desarrollo hasta la llegada del Pop Art de Wharhol.
Hoy en día, volvemos la vista a bocetos, diseños y prototipos que en su momento realizaron artistas plásticos, arquitectos, ingenieros o incluso cineastas, de los que han salido objetos absolutamente nuevos, tanto en su forma como en su concepto y que son el punto de partida de conceptos actuales como el de «muebles de autor».
Probablemente el diseño industrial, tal y como ahora lo concebimos, no existiría sin proyectos y proto-diseños en los que empezaron a utilizar complementos metálicos tubulares para la creación de asientos únicos, o se emplearon materiales -hasta entonces impensables por la dificultad de su manipulación-, como el cristal en objetos cotidianos como mesas.
Arquitectos como Mies Van der Rohe o pintores como Dalí, entre muchísmos otros, son un claro ejemplo de cómo la inquietud artística y los conocimientos técnicos, en muchos casos desembocan en el mundo del diseño, engrandeciéndolo hasta el nivel que ha alcanzado en la actualidad.
Hay que pensar que, al menos en España, no existió una formación de diseño regulada, ni apenas el concepto de «diseñador» hasta mediados de los años 80. Durante años, que alguien era diseñador era poco menos que decir o que no tenía estudios o que era ligeramente caradura. Lo de los diseñadores era un ámbito exclusivo de ricos y famosos, pero no alcanzaba a la mayoría ni de la población ni de las empresas.
Los objetos considerados «de diseño» como las piezas de mobiliario y otro tipo de objetos de uso cotidiano, eran realizados por artistas, artesanos destacados o arquitectos. Es más, no se comercializaban. Normalmente, una pieza de diseño, por poner un ejemplo, un sofá, era algo que un arquitecto o un artista realizaba para una persona en concreto, que era cliente y/o amigo y normalmente porque formaba parte de un proyecto mayor.
¿Cómo se traduce esto? yo te encargo a ti, que eres arquitecto una casa de invierno en Aspen y como somos amigos y me has invitado varias veces a tu casa, que me encanta, te pido que me la decores de un estilo similar a la tuya y tú diseñas unos muebles para mi (diseño industrial) que llegan a ser unas piezas de valor incalculable porque llevan tu apellido.
Otro ejemplo, tu acabas de comprarte un ático maravilloso y me invitas a mí que soy un famoso modisto (aún no existe el concepto de diseñador de moda), a la fiesta de inauguración y mientras me enseñas la casa te hablo de unas telas maravillosas que he recibido de Italia y que quedarían ideales como complementos en tu nueva casa, por lo que tu me contratas para decorar (diseño de interiores) tu vivienda, que acaba saliendo en las revistas (por ser yo un famoso modisto).