Caravaggio en el Museo Thyssen-Bornemisza

Adquirir una obra de Caravaggio es improbable pero no imposible. Improbable porque las pinturas de este Autor están consideradas Patrimonio Nacional y no solamente en Italia, su lugar de origen, sino en los países que cuentan con algún cuadro suyo entre sus colecciones. Pero no es imposible, de hecho en el año 2006 se vendió una obra por 42.000 libras, Curiosamente una “copia apócrifa” del Cavalier D´Arpino, pues en el Museo de Oxford se encuentra otra (ambas telas autentificadas). La subastada en Sotheby´s se puede contemplar actualmente en un museo tejano (Estados unidos). Hace bastante tiempo que el Museo Thyssen-Bornemisza pretendía reunir alguna colección de este grande de la pintura y por fin expone 10 obras dentro de la colección: “Caravaggio y los pintores del norte”, que se podrá visitar desde el 21 de junio hasta el 18 de setiembre del presente 2016.

Caravaggio está considerado como el precursor del barroco y por consiguiente el que cierra la gloriosa etapa del Renacimiento Italiano. Ocurre en todos los campos del arte y la cultura: de pronto aparece un artista que propone romper con lo establecido, con la moda y el estilo de vida arraigado, con una maestría única e incontestable, y las nuevas generaciones se suben al tren de esa nueva tendencia, provocando una nueva perspectiva de ver la vida. Esa generación que queda prendada del maestro italiano contiene a su vez grandes nombres de la pintura universal, como Velázquez, Rubens, Rembrandt, Tournier, etc., de ahí el título de la colección presentada en el museo madrileño.

La corta vida del milanés, afincado en Roma, Michelangelo Merisi de Caravaggio, nacido en 1571 y fallecido en 1610, es comparable a nuestro Lope de Vega en cuanto a intensidad y peligros. De carácter irascible, orgulloso y terco, saltaba a las manos al menor atisbo de disputa, así que no tenía demasiados amigos. Pero así es la vida, dicho carácter traspasado al lienzo, trabajador como él sólo e inconformista, creó un estilo que ha dificultado a los historiadores del arte una categoría para definirle, pues cada obra no tiene nada que ver con la anterior, lo mismo copiaba del original con una calidad hiperrealista, que combinaba los claroscuros con enigmática disposición espacial.

Caravaggio falleció violentamente, como en algunos cuadros suyos, como transcurrió su vida misma. En 1606 mató (al parecer accidentalmente) a un hombre en una riña. Con sus antecedentes, prefirió huir a Nápoles, quedando bajo la protección de la familia Colonna. Cambiaba de región a menudo, en una constante huida. Cuatro años más tarde moriría “oficialmente” aquejado de malaria en Porto Ércole, en la Toscana. Probablemente sucumbiría a manos de algún vengativo rival de riñas, pues su cuerpo nunca se encontró, así que hasta su muerte está envuelta en leyendas, un personaje que ha dado para muchos ensayos en el mundo del arte y de metrajes de celuloide.

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Toni Ferrando.