Buscando el mejor aceite de oliva

A la fuerza, buscando el mejor aceite de oliva del mundo, aparece el ámbito mediterráneo. Este fruto tan apreciado desde tiempos remotos, se localiza sin excepción a lo largo de los miles de kilómetros de su contorno, y en una ancha franja, rodeando este mar, cuna de la Civilización Occidental. Las propiedades del aceite de oliva son tan numerosas, que sólo enumerarlas nos da para escribir un voluminoso libro. Hipócrates, Plinio (ambos, padre e hijo), Galeno, Averroes, y todos los que en la Historia se han dedicado al estudio y cuidado del cuerpo humano, en todos los aspectos, han alabado los beneficios de su ingesta y aplicación. Los nutricionistas de la actualidad han sumado nuevas propiedades, como combatir el hipercolesterol y es un ingrediente imprescindible en la buena gastronomía, base de la dieta mediterránea y los tratamientos de belleza.

Son 30 los países que producen en el mundo aceite de oliva en cantidades industriales. De los 3.1 millones de toneladas que se producen al año, España elabora 1.5, es decir, casi la mitad de la producción mundial. Le sigue Italia, Grecia, Turquía y Siria, pero ya en cantidades mucho menores. Portugal, Chile, Argentina, Australia y Estados Unidos son los únicos países que producen cantidades significativas y no se encuentran en el ámbito mediterráneo. Pero buscamos el mejor de todos, el más solicitado por los cocineros, nutricionistas o los más caros y exclusivos.

En el último certamen importante celebrado recientemente en Israel, destacó un aceite español, consiguiendo la Medalla de Oro, seleccionado tras competir contra las más prestigiosas marcas. Este aceite se llama Terrvs y presenta un envase que también ha sido galardonado por su diseño (IPA AWARDS 2014). Esta marca afincada en el norte de la provincia de Alicante, Comunidad Valenciana, fundada por el alcoyano León Grau en el 2013, elabora un aceite de oliva al estilo tradicional, de excelente calidad y sus olivares están localizados en el término municipal de Muro de Alcoy.

Cuando hablamos de “nuevas marcas” siempre es relativo, sobre todo cuando se habla del arte tan antiguo del cultivo de la tierra. Buscando aceites he encontrado que algo más al norte, en el río Sénia y en una zona fronteriza entre los antiguos reinos de Aragón, Valencia y la provincia de Tarragona, se encuentran los olivos más viejos de la Tierra. Son casi 4000 olivos más que centenarios, donde el mayor, ubicado en Ulldecona (Tarragona), tiene la friolera de 1701 años de edad, y la mayoría crecieron en tiempos de Abderramán II, en el siglo IX.

La zona donde crecen los olivos de Terrvs ya se cultivaba en época íbera y fueron granjas agrícolas con el sistema romano de explotación a partir del siglo I de nuestra era. Los ejemplares actuales tienen una edad media de 60 años, pero muchos superan los 350 años de edad. La mezcla de savias jóvenes con la solera de los árboles centenarios produce un aceite virgen extra de la mejor calidad. Este aceite está dirigido sobre todo al gourmet, a la alta cocina, pero es un elixir apto para cualquier tratamiento cutáneo o para la medicina tradicional, cuya base sea el aceite de oliva.

Otras marcas galardonadas y que compiten en calidad con Terrvs son: Clavero, Sombra by Alejandro Sanz, Castillo de Canena, Belvis de las Navas, Ñ Organic, La Boella, Fuenteroble, etc. El precio en el mercado de estas marcas selectas está entre los 15 y 27 euros la botella. No hay que olvidar el inmenso olivar de Andalucía y de los exquisitos aceites que allí se elaboran. También en Italia se elabora un aceite de calidad, como el Nocellara del Bellice, el EVOO Orgánico de Albereto o el Collavita, el preferido en Estados Unidos, pero no quiero entrar en las listas a los más vendidos, sino de los exclusivos, aunque muchas veces se confunden ambos.

Si en España es donde más se produce, en Grecia es donde más se consume aceite de oliva en el mundo. Sus variedades de koroneiki, mastoidis y en menor medida, Adramitini, producen buenos aceites vírgenes galardonados en los más importantes concursos internacionales. Marruecos, Argelia e Israel, son también grandes consumidores y productores de aceite, elaborando cada vez mejores y entrando ya en las listas de “elegidos” por su buen grado de acidez y delicado sabor. Quizás lo que más me ha sorprendido de todo ha sido que en Ulldecona existe un árbol que alimentó al emperador Constantino I el Grande (improbable pero no a otros de su generación), hace la friolera de 17 siglos y que todavía podamos disfrutar hoy en día de los mismos frutos que entonces.

Toni Ferrando.

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