América sorprendente
Da la impresión de que cuando hablamos de América, parece que nos referimos únicamente a Estados Unidos y que cuando pensamos en Estados Unidos, la imagen que nos viene a la mente es la de sus grandes ciudades: Nueva York, Chicago, Las Vegas, Los Ángeles, Miami, Washington, Boston, San Francisco… Sin embargo, Norteamérica, tanto Estados Unidos como Canadá. Sus enormes extensiones, lo variado de sus paisajes y ecosistemas, desde los lagos del norte hasta las playas caribeñas, es un pozo inagotable de belleza natural, de aventuras al aire libre y de experiencias lúdicas.
De norte a sur, de Alaska a Florida, Norteamérica es el continente de los Parques Nacionales. Desde los grandes lagos, los inmensos bosques en los que habitan los osos negros y los grizzlies o las nevadas cumbres de las cadenas montañosas, hasta las largas y míticas rutas de carretera como la Route 66 o adentrarse en el desierto para vivir experiencias cercanas al Lejano Oeste para acabar tomando el sol en las hermosas playas del Caribe; Norteamérica nos ofrece multitud de posibilidades para vivir aventuras, practicar deportes y disfrutar de la inmensidad, variedad y riqueza de sus paisajes.
Pensar en viajar a Canadá es pensar en adentrarse en la grandeza de naturaleza y sus espacios abiertos. Viajando a Canadá se pueden vivir experiencias únicas, desde el avistamiento de ballenas desde sus costas, explorar sus parques naturales que permanecen vírgenes, con naturaleza inexplorada de frondosa vegetación entre cumbres y lagos o dejar que te salpique la piel el agua de las famosas Cataratas del Niágara; Canadá es conocido por su naturaleza sublime, por la variedad de sus paisajes.
Canadá es el segundo país más grande del planeta. Bañado por tres océanos, el Atlántico, el Pacífico y el Ártico, sus ecosistemas van desde brillantes glaciares, interminables bosques lluviosos, playas que sorprenden por su estruendoso oleaje e inexpugnables cadenas montañosas en las practicar deportes todo el año, la naturaleza canadiense es uno de los grandes patios de recreo planetarios para los grandes animales salvajes, como los osos (osos polares, osos negros, osos pardos grizzlies), renos y alces. Canadá se ha puesto de moda para la práctica semiprofesional de deportes como el snowboard en las Montañas Whistler, el surf en Nueva Escocia o el rafting en el río South Nahanni y el excursionismo de larga distancia en general, además de deportes alternativos como sander vitreus, snowkiting o paseos y carreras de trineos tirados por perros. Además, en Canadá son fácilmente compaginables las aventuras en la naturaleza, el avistamiento de fauna salvaje, la práctica de deportes al aire libre y las experiencias gastronómicas y culturales en cualquiera de sus ciudades destacadas, como Montreal, Toronto, Vancouver, Calgary o Québec.
Seguimos hacia el sur, cruzando la frontera con Estados Unidos y las imágenes conocidas comienzan a agolparse en nuestra mente, imágenes que hemos visto en grandes y pequeñas pantallas, desde la salvaje Alaska hasta los inmensos paisajes rocosos y desérticos de Arizona hasta las playas tropicales bañadas por el templado Caribe tropical, Estados Unidos es el país que representa la diversidad, de culturas de razas, religiones y –por supuesto- de paisajes. La naturaleza salvaje de Estados Unidos está en nuestra retina: los sequoyas gigantes del parque de Yosemite; la panorámica marciana del Gran Cañón del Colorado; las grandes llanuras del Medio Oeste por las que hace unas décadas pastaban libres las manadas de bisontes; la desértica Arizona; las soleadas playas de California, forman parte de nuestro recuerdo aunque nunca hayamos estado allí.
Pero hablar de viajar por Estados Unidos es hablar de recorres alguna de sus míticas rutas, como la Route 66, 3.200 kilómetros desde Chicago a Los Ángeles, cruzando prácticamente el país, la carretera (que ya no existe) que conducía a un sueño, a California, la tierra prometida y que hoy en día es una ruta por la cultura e historia americana. Otra ruta emblemática es la Great River Road, que discurre en torno al recorrido del río Missisipi, desde su cabecera en los lagos de Minnesota hasta Nueva Orleáns, recorriendo más de 3.700 kilómetros. Se trata de una ruta musical que nos conecta directamente con la cuna de estilos como el country, el jazz y el blues siguiendo una de las columnas diametrales de Estados Unidos, el Missisipi, uno de los ríos más largos del mundo, ruta comercial, cultural, riqueza natural, tierra de marismas, de leyendas, coto de caza, de caimanes, tan representativo a todos los niveles.
Marga G.-Chas Ocaña
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Segun Calvo, esta disciplina conlleva una serie de efectos muy beneficiosos para el desarrollo, el bienestar social y la salud de quienes lo practican y es recomendable para todo tipo de personas, sin importar su edad, sexo, condicion fisica o estilo de vida?.