Yate clásico de superlujo EOS
De los astilleros alemanes de Lürssen se botó uno de los yates de lujo más espectaculares de todos los tiempos, el Azzam, del que ya os hablamos en su día en estilosdevida, pero esta embarcación sigue los parámetros de construcción más modernos, con una línea diseñada para una navegación rápida, fiable y compacta, con la carrocería de cubierta siguiendo a la del casco, tal y como mandan los cánones de la navegación moderna. En su día el Azzam era el más largo del mundo, con 180 metros de eslora.
A la hora de elegir un super-yate de lujo se suele optar por el diseño más innovador y la última tecnología, pero al igual que ocurre con los autos de colección, los navegantes que quieren sentir el rugido de las olas y los embates a los costados, prefieren un diseño más clásico porque necesitan explorar los mares y disfrutar de los viajes con las popas descubiertas y, a poder ser, con las velas desplegadas a favor del viento. Por eso he puesto el ejemplo de los astilleros Lürssen, porque en esta factoría se siguen montando embarcaciones clásicas, con ese olor a maderas barnizadas, cristal en las ventanas y ojos de buey, salones revestidos y decenas de “rincones secretos” por descubrir, reviviendo los relatos marineros del siglo XIX.
Si Lürsse entregó en su día el barco a motor más grande del mundo, también construyó el velero más grande del mundo, el EOS, con 93 metros de eslora, que sigue siendo el de mayor tamaño en la actualidad. Existe una controversia al compararlo con el Halcón Maltés, pero se ha reconocido casi por unanimidad la mayor envergadura del EOS por 5 metros. Esta goleta botada en el año 2006, partió con un precio inicial de 150 millones de dólares, aunque su último propietario conocido, Barry Diller, asegura que se pagó una cifra superior en 2009, año de su adquisición por este magnate de la Industria Multimedia.
El velero EOS se diseñó bajo la dirección de Bill Langan (desaparecido en 2010) que en Bremen reunió a un excelente equipo para llevar a cabo la obra de construcción, culminándola en tres años. Eligió el aluminio para el casco y la superestructura, un material que presenta aleaciones muy interesantes para el mundo de la navegación. A pesar de su ligereza, desplaza 1500 toneladas brutas. Equipó para la propulsión, para apoyo de sus tres mástiles Bermudas de 61 metros de altura, dos motores diésel MTU de 2.333 CV de potencia cada uno, lo que le permite desarrollar una velocidad de hasta 16 nudos. Entre los 21 profesionales que se necesitan para su navegación, encontramos además de cocineros y azafatas, tres ingenieros y nueve tripulantes de cubierta.
El barco velero EOS suele verse atracado todos los veranos en St. Tropez. A pesar de transmitir todo el glamour y el estilo clásico de las esbeltas goletas de hace un siglo, dispone de los mejores equipos electrónicos para la navegación en cuanto a seguridad y comunicaciones. En el interior no faltan los revestimientos de maderas nobles, que ya se adivinan por toda la cubierta, así como camarotes de lujo y un salón con barra de bar decorado en un principio con un moderno mobiliario a base de maderas y piel, pero que se ha ido renovando regularmente desde hace una década. No falta una coqueta piscina al aire libre, que funciona como un yakuzi, ni numerosos y lujosos detalles “no revelados” a los profanos. Una maravilla de nuestro tiempo.
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Toni Ferrando.