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Curiosidades

El Tamborilero y Raphael llegan con la Navidad


Los villancicos de Raphael, como el popular “El Pequeño Tamborilero”, ganan protagonismo al llegar la Navidad. Año tras año -y ya hace más de 50- Raphael y sus villancicos se oyen por la radio, se ven en la televisión y se convierten en un fenómeno de masas. Si bien los villancicos son un género musical clásico, en otros países se va renovando y modernizando el repertorio. En España, por el contrario, parece no haber cabida ni para nuevas canciones ni para nuevos artistas.


En 1965, la discográfica Hispavox editó un LP de Raphael dedicado exclusivamente a villancicos. El disco se llamó “Ven a mi casa esta Navidad” y constaba de trece canciones navideñas, interpretadas en colaboración con otros cantantes. La mayoría de las canciones ya habían triunfado en el mercado anglosajón y se adaptaron, según el criterio del artista, a la lengua y estilo de España. Los más conocidos son “Noche de Paz”, “Blanca Navidad” y, por supuesto, el superventas “El Tamborilero”.

Por supuesto, Raphael es uno de los intérpretes más respetados y queridos de nuestro país. Además de su extenso repertorio de música ligera, su colección de villancicos es todo un clásico que le otorga un gran protagonismo en estas fechas. Ver a Raphael en la tele en Navidad es un clásico. Ha protagonizado anuncios de turrones y todos los años, TVE le dedica un especial de Navidad, que se ha convertido en una constante desde los años 60.
El lanzamiento del disco “Ven a mi casa esta Navidad” estuvo acompañado de una gran promoción que incluyó la aparición de Raphael en el especial televisivo de ése año de Televisión Española. Raphael interpretó en directo “El Tamborilero” y esa intervención le cambió la vida ya que el Especial de Navidad, era el programa con más audiencia de TVE, que aún emitía en blanco y negro.


Raphael (Rafael Martos Sánchez ) estaba haciendo la “mili” en Colmenar Viejo, en Madrid y, como cualquier recluta, llevaba el pelo rapado. Por eso, salió en televisión con una peluca, de la que toda España hablaba al día siguiente. Esa peluca, no era una peluca cualquiera, era una peluca de Edouard, un especialista en pelucas y postizos para artistas, que tenía su estudio en la Gran Vía de Madrid. Aún así, fue muy evidente que Raphael llevaba peluca; tanto, que la esposa del caudillo, Doña Carmen Polo de Franco, intervino personalmente para que, tan prometedor joven, fuera licenciado definitivamente en poco más de un mes.


Ése programa navideño batió records de audiencia y tanto Raphael como su villancico “El Tamborilero”, fueron catapultados a los primero puestos de las listas de éxitos. Desde entonces, los villancicos del artista se convirtieron en un fenómeno social.


La elección de “El Tamborilero” fue un gran acierto, pero nada casual. El tema es un clásico con más de un siglo de vida y en Estados Unidos era un exitazo. En el año 1955 lo popularizó una grabación de la familia Trapp, famosísima desde que se hiciera una película sobre ellos protagonizada por Julie Andrews. Desde entonces, prácticamente cada año, un nuevo cantante sacaba un disco con la cancioncilla, que automáticamente, ascendía al top de la lista de éxitos. La cantaron Frank Sinatra, Bing Crosby y hasta JohnnyCash, entre otros, aunque la versión más mítica fue la del grupo coral Harry Simeone Chorale.


Por eso, no es de extrañar que la versión española de Raphael, continuara con el éxito internacional que ya había conseguido la canción en inglés.


Este año, otro más, veremos en TVE a Raphael acompañado de otros artistas de renombre y, seguro, volveremos a escuchar su interpretación de “El Tamborilero”, por eso te dejamos la letra de la canción, por si te apetece acompañarlo cantando uno de los villancicos más famosos de todos los tiempos.

«El tamborilero»

El camino que lleva a Belén
baja hasta el valle que la nieve cubrió.
Los pastorcillos quieren ver a su Rey.
Le traen regalos en su humilde zurrón,
ropopopom, ropopopom.
Ha nacido en el portal de Belén
el Niño Dios

Yo quisiera poner a tus pies
algún presente que te agrade, Señor.
Mas Tú ya sabes que soy pobre también,
y no poseo más que un viejo tambor,
ropopopom, ropopopom.
En Tu honor, frente al portal tocaré
con mi tambor.

El camino que lleva a Belén
yo voy marcando con mi viejo tambor:
nada mejor hay que te pueda ofrecer,
su ronco acento es un canto de amor,
ropopopom, poroponponpon.
Cuando Dios me vio tocando ante Él,
me sonrió.

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