Prada A Tope, enoturismo palaciego en el Bierzo
Hoy por hoy, son pocas las ciudades en España que no cuentan con algún establecimiento de Prada A Tope, ya sea restaurante, bar de tapas o vinoteca, pero Prada A Tope es mucho más que un lugar para recrear los sentidos del gusto y el olfato, es una brillante idea del empresario berciano José Luis Prada Méndez, nacida de su amor al patrimonio, tradición y sabores del Bierzo y que se ha extendido por toda España como un reguero de pólvora.
Desde su pequeña localidad de Cacabelos, José Luis Prada Mendez decidió, allá por los años 70, comenzar a comercializar los productos de su tierra, pero manteniendo los sistemas de elaboración artesanal, todo ello desde un pequeño local que servía de lugar de reunión a la gente más variopinta y que fue cobrando fama más allá de los límites de su comarca, lo que le llevó a dar un segundo paso, la inauguración de una casa de comidas cuya fama, pronto traspasó las fronteras de la Comunidad de Castilla y León.
De estos negocios minoritarios, el empresario pasó a convertir Prada A Tope en una marca comercial y en una franquicia, con establecimientos presentes en varias ciudades, como Madrid, Valladolid, Vigo, Santander. Pero no conforme con eso, se ha embarcado en un proyecto mucho más exclusivo, la adquisición y rehabilitación de un antiguo caserón rodeado de huertos y viñedos, el Palacio de Canedo, que se ha convertido en un atractivo complejo que incluye un hotel rural, una tienda gourmet, además de restaurante y bodega.
Prada A Tope es una marca registrada que engloba diversos tipos de conservas. Se dice de Prada A Tope que no ha inventado nada, pero si hay que reconocerle que ha puesto un especial interés en preservar y difundir los productos característicos del Bierzo, manteniendo los sistemas de elaboración tradicionales: cerezas en aguardiente, pimientos asados, peras en vino, castañas, mermeladas, higos agridulces, etc… En 1972 estrenó la marca con su producción de tarros de Cerezas en Aguardiente y ahora, con la producción de uvas de Godello y Mencía en sus viñedos, cuenta con vinos y cavas de elaboración propia, además de productos destilados, como orujos y aguardientes.
Las máximas de Prada A Tope tras una andadura de cuarenta años siguen siendo las mismas: el aprovechamiento de lo que nos da la tierra, la elaboración según la sabiduría de la tradición y el disfrute del placer de la buena mesa en un entorno igualmente cuidado, lo que le llevó a afrontar un último proyecto, el complejo hostelero vinícola Palacio de Canedo.
El edificio del Palacio de Canedo fue construido en el siglo XVIII como residencia de los Señores de Canedo aunque estuvo deshabitado durante un largo tiempo, lo que llevó a su estado semirruinoso hasta que en 1987 fue adquirido para convertirse en la sede principal de Prada A Tope que es hoy en día. Con la rehabilitación, el edificio ha sufrido también varias ampliaciones necesarias para albergar todos los espacios necesarios para las distintas funciones que desempeña: fábrica, bodega, tienda, restaurante, hotel, etc… aunque todo el proceso, tanto el constructivo como la decoración se ha llevado a cabo con un gran respeto por la arquitectura y el estilo original.
Para ello se ha contado con la colaboración de los artesanos de la zona y se puesto especial atención en los procesos artesanales de fabricación de las principales piezas. Por ejemplo, la cubierta de la sala principal es un artesonado de estilo mudéjar inspirado en la techumbre de la iglesia de San Francisco el Grande, de Villafranca del Bierzo Bierzo y que ha sido proyectada y realizada por el Centro de Oficios del Ayuntamiento de León, siguiendo el mismo proceso que utilizaban los carpinteros en el siglo XV; o el vitral realizado por Rogelio Palacios Prada, maestro vidriero de Ponferrada que ha introducido la vid como elemento decorativo en la vidriera.
La Posada, como ellos llaman al hotel cuenta con 14 habitaciones decoradas con un confortable estilo rural, todas diferentes y totalmente equipadas, `perfectamente integradas con el resto de las estancias del Palacio de Canedo, desde la recepción de visitantes hasta la tienda de productos de la marca, así como el restaurante, la cafetería y los distintos salones para celebraciones. Todo en el edificio evoca y hace referencia a su pasado señorial.
El complejo hostelero-vinícola Palacio de Canedo ha evolucionado poco a poco recuperando para los espacios su uso tradicional, como la bodega para el envejecimiento de los caldos; tanto en sus huertos como en los viñedos se practica la agricultura ecológica y todos los productos envasados salidos de su taller están elaborados de forma artesanal. La reforma del conjunto ha sido realizada con tanta atención al detalle que le ha valido la declaración de bien de interés cultural, con categoría de monumento.
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Marga G.-Chas Ocaña
Prada uno de los embajadores del Bierzo y Leon