Embajadas Regionales, lujo necesario o despilfarro

Resulta incuestionable la necesidad de “darse a conocer” para que el resto del mundo sea consciente de tu existencia. Para las distintas regiones históricas españolas se crearon, ya desde principios del siglo XX, distintas “Casas” o sedes representativas en las principales capitales del mundo, pero en los últimos tiempos se han llegado a crear Embajadas Regionales, lujo necesario o despilfarro que pretende dotar a cada Comunidad Autónoma de España de “rango nacional”, con miras a “exigir” los privilegios o atenciones que cualquier región/nación merece.

Los españoles, acostumbrados a llevar todo hasta el extremo más radical, creamos así 17 Embajadas Regionales (oficinas) en Bélgica (casi todas en Bruselas), tantas como Comunidades Autónomas existen en la actualidad, con la idea de mantenerse a poca distancia del Parlamento Europeo, del Tribunal Europeo, y disponer de delegados muy cerca de donde se imparte justicia y se pueden exigir Ayudas o Derechos Regionales a nivel europeo.

La mayoría de las Comunidades Autónomas tienen oficinas en México, Argentina y China. Pero no nos conformamos con tan poco. Cataluña tiene abiertas 54 oficinas o “casales” por todo el mundo, con un coste aproximado de 1,5 millones de euros anuales. La Comunidad Valenciana otras 23, Andalucía 22, País Vasco y Asturias 13, Galicia y Murcia 12, la Comunidad de Madrid 11, Canarias 8, Castilla y León, Navarra y Aragón 5 cada una, Extremadura 4, Baleares, Castilla-la Mancha y Cantabria 2 oficinas cada una.

Pero la que se lleva sin duda la “Palma de oro” al glamour y a la sofisticación es la Comunidad Autónoma de Cataluña. Con un presupuesto anual de 32.8 millones de euros por mantener las seis Embajadas situadas en París, Londres, Nueva York, Buenos Aires, Bruselas y Berlín, mantiene además 27 agencias comerciales dependientes directamente de la Consejería de Empresa y Empleo, cuyo mantenimiento asciende a 11.7 millones de euros al año. Sólo el alquiler de la sede parisina ascendía a 600.000 euros anuales.

El marketing utilizado por la Generalitat Catalana cuida desde las más excelentes cenas de negocios con empresarios y mandatarios de todo el mundo, hasta la “compra” de apartados y columnas en los más prestigiosos periódicos del mundo por incluir su nombre y que dicha Comunidad aparezca a menudo en las noticias internacionales. ¿Resulta rentable dicha inversión de capital? Al parecer si porque el presupuesto destinado a la “divulgación” de la marca “Cataluña” no ha dejado de crecer exponencialmente desde hace 30 años al menos.

En mi visión “apolítica” en las cuestiones independentistas que recorren el panorama español, me pregunto lleno de sorpresa cuántas “protestas” han servido para que el Estado “inyecte” capital destinado a “subvencionar” a los mismos independentistas, como serpiente que se muerde la cola, como un bucle que “interesa mantener”, vemos estupefactos, los españoles corrientes, una fastuosidad sin precedentes en una Europa y resto del mundo sumidos en una terrible crisis económica, pero donde existen “ínsulas e ínfulas” que prosiguen el estilo de vida de los tiempos de la corte de Versalles o embajadas que superan las de los virreinatos de tiempos de las Colonias. Otra pregunta me asalta sin remedio: ¿le interesa a cualquier Comunidad Autónoma realmente la Independencia, viendo los presupuestos que manejan actualmente, procedente de todos los españoles y eso que sufrimos tiempo de crisis?

 

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Toni Ferrando.