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Coleccionismo

Desaparece el logo de Lacoste por una buena causa

La firma Lacoste repite la iniciativa del pasado año en la que durante un periodo de tiempo sustituía el logo de su ya popular cocodrilo por el de otros animales de 10 especies amenazadas de extinción.

La marca francesa que tiene por bandera de productos su polo, mantiene un estrecho acuerdo de colaboración con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN por sus siglas en inglés) y de nuevo en 2019 ha querido aportar su granito de arena para evitar la desaparición de nuevas especies.

Está edición limitada que lleva por nombre Save Our Species y que salía a la calle el 22 de mayo coincidiendo con el Día Internacional de la Diversidad Biológica, ha puesto a la venta un número de 3.520 unidades, exactamente la misma cifra que la de los animales que en la actualidad aún sobreviven de esas especies que pretende proteger.

En esta ocasión los protagonistas de esas prendas han sido la foca monje de Hawái (1.400 ejemplares supervivientes), el lince ibérico (589 ejemplares supervivientes), la ballena blanca glacial (444 ejemplares supervivientes), el autillo de Moheli (un búho de una especie con 400 ejemplares supervivientes), el murciélago cola de ratón yemení (150 ejemplares supervivientes), el tiro manchado (un pez con 150 ejemplares supervivientes), el pollito de las montañas (un anfibio con 132 ejemplares supervivientes), el wombat de nariz peluda (115 ejemplares supervivientes), el addax (una especie de antílope con 90 ejemplares supervivientes) y la libélula de Cebú (50 ejemplares supervivientes).

Estos polos de Lacoste salían a la venta durante tan solo 24 horas en diez tiendas que la marca tiene a lo largo de todo el mundo y en la que no se incluía ninguna de España, pese a que una de las especies como es el lince ibérico habita en nuestro país. Las prendas también podían adquirirse a través de la tienda online de Lacoste, aunque lo cierto es que se agotaron rápidamente.

Las prendas salían a la venta por un precio de 150 euros la unidad y todos sus beneficios serán destinados a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza con el fin de tratar de preservar dichas especies.

Conozcamos algunas de las especies

En lo que concierne al territorio español, la especie de la lista que nos resulta más familiar es el lince ibérico. Se trata de un felino más pequeño que el lince boreal o euroasiático que promedia un peso de 12,8 kilos en los machos (aunque pueden alcanzar un peso de 20 kilos) y 9,3 kilos en las hembras. Se alimenta principalmente de cazar conejos, aunque en algunas zonas como Doñana ha hecho de los patos una parte importante de su dieta. Los especímenes que quedan se reparten entre Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y Portugal. La causa principal que lo empuja a la extinción tiene que ver directamente con el hombre. Los atropellos y la caza furtiva son sus principales enemigos, aunque la reducción de los conejos a consecuencia de las epidemias, los incendios forestales que reducen su zona de hábitat y la reforestación con especies de crecimiento rápido como eucalipto y pino, también contribuyen a su desaparición.

La ballena blanca glacial que habita el Atlántico Norte también paga las consecuencias de ser un cetáceo que interactúa más de lo recomendado con el ser humano. Su comportamiento dócil y su tendencia a acercarse a las costas, la convierten en objetivo y presa fácil para el hombre, que la caza con la finalidad de lograr su grasa para producir aceites.

La foca monje de Hawái es junto con la foca monje del mediterráneo una de las dos especies de foca monje que quedan en el planeta. Propia de las islas de Hawái, se alimenta de distintas especies de peces, crustáceos y cefalópodos. Su esperanza de vida se sitúa entre los 25 y 30 años, aunque el gran volumen de desechos químicos producidos por la pesca del norte la está empujando a la desaparición. En la actualidad se encuentra en peligro crítico de extinción.

El autillo de Moheli es una especia de búho de unos 22 centímetros de longitud que se alimenta de insectos. Es endémico de las islas Comoras y en la actualidad habita tan solo en las montañas de la isla de Moheli. El principal motivo que impulsa a la desaparición de esta especie en estado crítico es la deforestación de esa área tan pequeña en la que habita.

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