100 años de Puig
Para la mayoría de nosotros, Puig representa ese aroma a lavanda de toda la vida presente en los hogares de nuestros padres, tíos, abuelos en forma de jabones y fragancias… Puig es también ésa colonia que te ponía tu madre para ir al cole y que luego cambiaste por otra de tu gusto cuando te sentías mayor, pero que permanecerá en tu recuerdo como un algo familiar, de casa; pero Puig es mucho más que eso, porque es una de las pocas empresas que ha sido capaz de combinar factores –aparentemente tan contradictorios- como los de empresa familiar, expansión internacional, colonia de toda la vida, y perfumes de lujo de prestigiosas marcas. Y eso no es todo, Puig, española (bueno, catalana) y familiar, es una de las pocas empresas que se ha mantenido al margen de la todopoderosa Procter & Gambler, la empresa que es la mayor poseedora de marcas de droguería y perfumería del mundo que –como buen pez grande- se come todos los peces pequeños que encuentra nadando en sus perfumadas aguas.
El secreto de Puig para –no solo la supervivencia de la marca-, sino para la constante renovación y expansión que la ha mantenido en las posiciones medias del ranking de las 10 empresas de perfumería más importantes del planeta es la equilibrada combinación de la edición de marcas de moda e internacionales, con la producción de su propia línea de productos, que mantiene intacto su ADN. En palabras de su actual presidente ejecutivo, Marc Puig (Puig de tercera generación), “Hemos desarrollado un modelo de negocio híbrido, único en la industria que consiste en la convivencia dentro de la compañía de marcas propias y licencias de moda y fragancias. Somos capaces de integrar la moda como una inspiración para las marcas y fragancias como una forma de construir un sentimiento y compartir la inspiración con un público mayor. Nuestro enfoque se ha concentrado en sorprender al consumidor a través del “storytelling” (contando nuestra historia) y hemos ganado grandes éxitos con ello”.
No cabe ninguna duda de los éxitos internacionales alcanzados por Puig gracias a la excelente elección de colaboradores a lo largo de su siglo de existencia. Fundada en 1914 por Antonio Puig Castillo, su primer tanto lo marca en 1922 cuando comercializa la primera barra de labios de fabricación nacional, Milady, con un contundente éxito en todos los aspectos. Casi dos décadas más tarde, en 1940, se comercializa la fragancia que llegará a convertirse en uno de los estandartes de la casa, la colonia Agua Lavanda Puig, que lleva en activo desde entonces y que hoy en día continúa estando a la venta en la mayoría de los establecimientos de perfumería de Europa. Pero el primer éxito que supondrá el principio de la expansión internacional de la marca y de la estrategia de firmas será el acuerdo de colaboración con Paco Rabanne en 1959, cuando el diseñador español ya residía en Francia gozaba de una muy buena salud dentro del mundo de la alta costura. Fruto de la colaboración entre Puig y Paco Rabanne nació una de las fragancias de más éxito de la época, Calandre, firmada por Paco Rabanne un perfume mítico de la colección de Rabanne, cuya patente sería definitivamente adquirida por Puig en el 87.
Hay algo que me ha llamado muchísimo la atención cuando empecé a introducirme en el mundo del perfumismo y a investigar un poco sobre la creación, producción y comercialización de fragancias: a pesar de haber tantas marcas, firmas, familias olfativas, ediciones y reediciones anuales de perfumes, los creadores, artistas, perfumistas que elaboran las fórmulas, es decir, las “narices” que están detrás de los aromas son muy pocas y, en el caso de los perfumes considerados de lujo, son casi siempre las mismas. Puig ha sabido rodearse de algunas de las mejores “narices” de Europa, creando un sólido equipo, lo que le ha valido la colaboración con importantes firmas de moda y la creación de perfumes de gran éxito y difusión.
Por ejemplo, Puig elabora los perfumes de muchas marcas internacionales, algunas de las cuales os sorprenderán. Por ejemplo, todos los perfumes de Carolina Herrera desde los años 80 han sido elaborados por Puig y no solo eso, desde 1996 ambas firmas son socias en la sección de moda también. Los perfumes de marcas de alta costura y moda de lujo como Nina Ricci, Jean Paul Gaultier, Prada, Valentino o Comme des Garçons son diseñados y fabricados por Puig, además por supuesto, de continuar con la producción de aromas para Paco Rabanne, incluídos sus últimos lanzamientos como One Million, Lady Million e Invictus. Otro de los platos fuertes de Puig es la elaboración de fragancias firmadas por “celebrities” como Antonio Banderas, para quien ha elaborado varias fragancias, como la que lleva su nombre o las de segunda generación “The Secret” y “The Golden Secret” o Shakira.
Ayer, Puig ha celebrado el centenario con una impresionante inauguración, la de la Torre Puig, su nueva sede corporativa en la Plaza Europa de Barcelona, una torre de cristal que ocupa una superficie de 15.000 metros cuadrados y que ha sido proyectada por Rafael Moneo (Pritzker de Arquitectra, Príncipe de Asturias de las Artes); una inauguración ala que no han faltado los Príncipes de Asturias, el Ministro del Interior y las otras personalidades del gobierno municipal y autonómico de Cataluña. También con la cuenta atrás para una nueva pagina web que marcará su imágen para los próximos 100 años.
Marga G.-Chas Ocaña
[gallery columns=»2″ ids=»3811,3810,3806,3805,3809,3813″]