Teles Taxídi la mesa flotante de Siren que cuesta $ 30.000

Teles Taxídi es una mesa de cristal, con un diseño espectacular, obra del estudio Siren Design Studio, el estudio que Justin Wilson creó tras retirarse de su puesto como director de operaciones de una compañía aeroespacial de Denver. Desde entonces se dedica a crear piezas originales que son más esculturas que mobiliario y que, desde luego, tienen mucho que ver con la tecnología y, también –por qué no-, con lo espacial.

La mesa Teles Taxídi es un ejemplo de su filosofía. El nombre significa Viaje Perfecto y de alguna forma le hace justicia ya que se adentra en un territorio nada usual dentro de una mezcla de disciplina artística, diseño industrial y atrevido juego gravitatorio.
Teles Taxídi provoca curiosidad nada más verla. Es una pieza robusta por su grueso armazón de acero que contrasta con el cristal de la tapa superior; que tiene algo de industrial por su estructura de cables y al mismo tiempo expresa una profunda conexión con la naturaleza. Es a la vez masculina en su envergadura y femenina, porque su movimiento ondulante evoca una danza.

Es una mesa estudiadamente simétrica, de una belleza muy atrayente, con una equilibrada conjunción de líneas rectas y curvas, ángulos y círculos, una pieza que destila un aire de misterio.
A pesar de estar firmemente sujeta por cables de acero, se mueve al presionar sobre ella pero de una forma tan suave que no derramará ni una gota de líquido si hay vasos o copas sobre ellas. Se mueve pero vuelve a su plano original con suavidad, acentuando la sensación etérea de su casi incomprensible flotar constante que desafía la más física de las leyes, la de la gravedad.

Lo que confluye en la mesa Teles Taxídi es una mezcla muy equilibrada de diseño y tecnología. El acero, los grandes imanes evocan lo más profundo de la Tierra y contrastan con el vuelo, el cristal, la transparencia, la sutileza. Es más que una simple mesa, pero ¿cómo funciona?

Teles Taxídi flota gracias a un estudiado sistema que utiliza dos potentes imanes de polos opuestos que se repelen entre sí de tal forma, que la parte superior de la mesa sin duda saldría despedida si no estuviera firmemente sujeta por un conjunto de cables y poleas que la mantienen en perfecto equilibrio impidiendo que se mueva ni se desplace, aun en caso de depositar objetos sobre ella.

La tapa de cristal , con uno de los imanes flota a una cierta distancia del otro imán, que hace las veces de base. Desafía la gravedad aprovechando el magnetismo de ambos polos que se repelen y que guardan sus distancias gracias a la sujeción de los cables de Kevlar, que mantienen el conjunto en su lugar.

Está claro que la mesa Teles Taxídi es única, de una rareza y originalidad de las que se ven pocas, pero también tiene un precio acorde con su singularidad; cuesta 30.000 dólares, pero es de ese tipo de piezas exclusivas que confieren personalidad a cualquier estancia con su sola presencia y son capaces de crear ambiente en sí mismas.

Marga G.-Chas Ocaña