Megayate A Hamilton de diseño único

A primera vista puede parecer un barco de juguete, de esos teledirigidos que surcan los lagos, sobre todo si se observa en fotografía y sin otra figura para compararlo. El megayate A Hamilton, de diseño único, es una de las embarcaciones más fascinantes que surcan actualmente los siete mares. Pertenece a Andrey Melnichenko, actualmente el 56º hombre más rico del mundo, y costó alrededor de los 323 millones de dólares. El multimillonario ruso lo disfruta desde finales del año 2008 y causa sensación allá por donde pasa, sin que le afecte el paso del tiempo ni las modas, pues es un diseño de lo más innovador.

El yate A Hamilton fue diseñado por Philippe Starck y Martin Francis. Se bautizó a esta nueva generación de embarcaciones con la letra A, aunque existe otra versión, la de que A no es más que la inicial de Aleksandra, la esposa de Andrey, cosa que sería de lo más lógico si seguimos la tradición marinera. El megayate se construiría en los astilleros propiedad de Blohm + Voss de Hamburgo, Alemania, la misma que construyó el mítico acorazado Bismark y se botaría en el verano del 2008 tras 4 años de construcción.

El diseño del A es perfectamente compatible para la navegación en el Mediterráneo, mar preferido por el magnate del acero, y su punta puede además cortar los hielos, tan abundantes en los mares del norte, de regreso a Rusia. Su línea se asemeja a la de un submarino militar y mide 119 metros de eslora. Sus cubiertas son amplias y espaciosas y la forma del casco le permite desarrollar una velocidad de crucero de 24 nudos sin apenas salpicar en oleaje.

En cuanto al interior, sobra decir que todo está instalado al detalle en cuestión de funcionalidad, elegancia y tecnología. Dispone de seis apartamentos de lujo para huéspedes con baño y jacuzzi cada uno. El dormitorio del anfitrión se encuentra en el piso superior, con una panorámica casi circular del entorno. La cama gira suavemente sobre sí misma, revelando una perspectiva nueva a cada momento y los enormes espejos pueden transformarse en pantallas de LCD. Hay multitud de altavoces “invisibles” a simple vista y en todo el buque supera el centenar instalados. Hay una gran piscina y otra menor equipada con tecnología SPA. También se dispone de helipuerto.

El tema de la seguridad también es importante. El A dispone de un sistema de lo más avanzado. Cámaras de video con sensores de movimiento, que activan los focos automáticamente y una cabina de control con monitores para visionar cada parte del barco. También dispone de lectores de huellas dactilares para desbloquear las puertas. La curiosidad en la decoración estriba en la similitud de las zonas personales con las de la vivienda particular del dueño: mismos materiales y colores que en su casa de Rusia.

El diseño futurista del A Hamilton ha suscitado las peores críticas, en cuanto a su belleza, pero no cabe duda de que son más importantes las ventajas que contentar a los amantes de las líneas más tradicionales en las embarcaciones. Desde luego, la mayoría de nosotros estamos convencidos de que este diseño guarda una gran belleza y sus factores de flotabilidad y de discreción (seguridad), también se deben tener en cuenta en un yate de estas dimensiones.

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Toni Ferrando.