Los afrodisíacos más poderosos de la Naturaleza
De la lista de sustancias naturales que os estoy proponiendo en post anteriores, nos quedan los afrodisíacos más poderosos, alimentos que elevan la moral por su energía, o que despiertan en mayor o menor medida el deseo por otra persona, los míticos “filtros de amor”. Afrodisíacos que son alimentos y alimentos que pueden contener elementos afrodisíacos… Qué lío ¿no? Si nos fijamos, existe una “casualidad” casi aclaratoria, pues de todos los vistos hasta ahora, nos queda por conocer también los más caros, pudiéndolos catalogar alguno de ellos dentro del lujo perfectamente, y esa es una característica que ya nos permite predecir que son “algo más que condimentos o alimentos”.
El jengibre es una raíz muy eficaz como remedio contra la impotencia en los países asiáticos. En Occidente lo usamos en panadería y repostería, además de como condimento para numerosos platos dulces y salados. Está comprobado científicamente que es un gran vaso-dilatador, así que mejora el riego sanguíneo, además del aparato respiratorio. En el hombre puede perfectamente funcionar como un afrodisíaco, pero no tanto en las mujeres. Se toma en infusiones y su actuación es rápida, así que si no notáis nada, mejor probar otra cosa pues si abusáis, podéis sufrir efectos secundarios desagradables. Una taza al día durante una semana es suficiente para saber si se obtiene buen resultado. Se ralla algo de raíz y se hierve en un cacito con agua. Tómalo frío o caliente pero no ingieras el poso.
A casi todas las especias se les otorga en mayor o menor medida la propiedad de estimular los sentidos, y muchas de ellas van acompañadas por la etiqueta de afrodisíacas. Una de las especias más antiguas que se conocen son la canela y la nuez moscada. En la Edad Media, las caravanas que salían desde el Norte de África hacia Oriente, desde hace milenios, no eran sino para importar esta apreciada sustancia, fuese en polvo o en rama. Los grandes descubrimientos y exploraciones del hombre para llegar a las zonas de los cultivos (América), sin obstáculos, son prueba de la demanda, pues eran capaces de surcar ríos y mares desconocidos, aún a riesgo de perder embarcaciones y vidas humanas. ¿Qué tienen para provocar en la Antigüedad tanto alboroto?
Desde siempre se ha creído que la canela estimula el deseo sexual en la mujer, así que no hay que buscar más motivos. Bien es cierto que su aroma es penetrante y embriagador y que en mucha cantidad puede producir trastornos de todo tipo como dolores de cabeza, desajustes gástricos, intoxicación, etc., pero en su medida adecuada, es decir, espolvorear y aromatizar, realmente despierta muchísimo la libido de la mujer. Si observamos esta última afirmación, comprobamos que actúa como cualquier otra sustancia considerada “droga ilegal”. En su justa medida nos complementa la dieta e incluso nos cura algunas dolencias, pero en grandes cantidades nos perjudica. Ocurre por ejemplo con la nuez moscada, que si miramos su composición química, nos aparece MDMA, o lo que es lo mismo, un anfetamínido bautizado como “éxtasis”. Una gran cantidad de nuez moscada provocó la muerte repentina de una popular dama de la corte francesa en el siglo XVIII. Pues con la canela ocurre algo similar, es decir, su composición estimula de forma natural (pues es una planta), los órganos que segregan en nuestro cerebro oxitocina y otras sustancias opiáceas, dándonos ese corto estado alterado de conciencia y que a las mujeres les produce placer. ¿Y mezcladas estas dos especias? Pues obtendremos un fantástico afrodisíaco tanto para él como para ella. Una infusión de media cucharadita de canela en rama triturada, durante algunos días, parece que despierta el deseo, y mucho más en ella. Añadiendo un pelín de nuez moscada para ella, los efectos son mucho mayores.
Uno de los mitos más antiguos y difundidos de la humanidad es el de la ostra como un manjar apetitoso y que produce un efecto afrodisíaco a quien lo toma. Como todos los mitos, siempre se tiene una base científica, donde encontramos a unos como defensores y otros, en la parte opuesta, como detractores. Desde científicos que aseguran que cualquier marisco proporciona esa misma apetencia sexual, se llame ostra, percebe o langostino, que es como decir simplemente que se trata de una leyenda, hasta los científicos que pueden probar que su alto contenido en cinc y su valor en calorías, si que pueden producir realmente el efecto afrodisíaco que siempre ha acompañado a este molusco: un levantamiento del ánimo o deseo. Sólo la ceremonia de comerla, siempre cruda y viva, acompañada de algún buen cava, es sinónimo de “noche romántica”, porque a ambos sexos los sugestiona de algún modo, Además sus glándulas que segregan nácar, sustancia que se creyó durante siglos uno de los afrodisíacos más potentes de la naturaleza, todo ello sumado, podemos atribuirle sin temor a equivocarnos, ese poder afrodisíaco, aunque sólo sea sugestivo, pero de hecho, funciona.
En cuanto a la perla de las ostras, todavía en Oriente, Oceanía y algunas partes de África, se comercializa la perla en polvo como un fantástico afrodisíaco. Para las mujeres de Occidente sin duda las estimula, pero no consumir las perlas sino “presumirlas”, y al mismísimo Julio César, según cuenta el biógrafo Suetonio, le supuso conquistar el corazón de Pompeya, pues para conseguir su mano, ella le pidió una perla gris, cuyo valor en esa época superaba el millón de sextercios, todo el botín de sus guerras juntas, más las posesiones que tenía en Italia. Vaya con la perlita, si que ponía “cachondas” a las romanas ¿no?
De los más potentes afrodisíacos conocidos, nos quedan dos, ambos provenientes del Oriente Asiático. El azafrán es una especia muy común en Occidente y se cultiva en España desde hace siglos. Para saber más, podemos leer de nuevo un post que publiqué hace un tiempo: La Flor del Azafrán. El otro es también una especia, el famoso ginseng, aunque su importación es mucho más temprana, pues prácticamente no se conoce en Occidente hasta hace medio siglo. Dentro de los estudios científicos, tan importantes como el del investigador John Melnyx, en su revisión sobre los afrodisíacos naturales, equipara las dos especias, ya que proporcionan el mismo poder psicológico y fisiológico a nuestra libido, resultando muy eficiente para la función sexual. Recordad que toda sustancia es inofensiva en su dosis comprobada y que el exceso siempre es perjudicial para la salud, por eso, debéis elegir productos garantizados y que realmente contengan azafrán o ginseng y no sucedáneos químicos. Quizás existan en la naturaleza más afrodisíacos y hasta más potentes que los mostrados en mi lista, pero no he tratado de buscar rarezas, sino curiosear en las características de alimentos que llevan la “sorpresa” de despertar un poquito nuestro ánimo.
[gallery ids=»14229,14230,14231,14232,14233,14234,14235,14236,14237,14238,14239,14240,14241,14242″]
Toni Ferrando.