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Arquitectura sostenible

Ahorro y Beneficios de la Arquitectura Cinética


La Arquitectura Cinética (Kinetic Architecture) es aquella en la que una o varias partes de la estructura de un edificio se pueden mover, sin que por ello su estabilidad se vea afectada. No es un concepto ni nuevo ni reciente –no hay más que echar un vistazo a las estructuras de los castillos medievales, con sus puentes levadizos y tenemos un ejemplo de arquitectura cinética- , pero sí es un concepto muy moderno y contemporáneo, porque la arquitectura cinética se está posicionando como una de las tendencias en la arquitectura más innovadora y ecológica. Un edificio cinético es aquel que cuenta con alguna estructura mecanizada que se mueve, lo que puede alterar el aspecto y forma del edificio, pero también satisfacer alguna necesidad interior o exterior.


Citando la fuente más consultada de nuestros tiempos, la Wikipedia: “La arquitectura cinética es un concepto de diseño en la arquitectura moderna que explora la transformación física de un edificio con el objetivo de redefinir las aplicaciones tradicionales en el movimiento a través de la innovación tecnológica. El uso de la robótica, la mecánica y la electrónica están siendo más conocidos como nuevos enfoques en las posibilidades arquitectónicas.”

La dificultad de crear mecanismos de movimiento y el alto coste que solía suponer es la causa de que durante siglos, la arquitectura cinética haya sido considerada como un tipo de edificación de élite, utilizable solo en los edificios más grandiosos. Durante el siglo XX se tradujo en la inclusión de elementos movibles en algunos edificios públicos de alto presupuesto.


Pero la asociación entre cinética y costoso, se está quedando obsoleto en el siglo XXI por un motivo fundamental: la creación de espacios reconfigurables o plegables o giratorios pueden permitir multiplicar el espacio, ahorrar energía o ganar en seguridad y todo esto se traduce en ahorro y en una mayor calidad de vida en el interior. Visto así, la arquitectura cinética puede resultar rentable y hasta un ahorro en el presupuesto total de un edificio.


La posibilidad de movimiento en algunas partes de un edificio permite un mayor rendimiento de algunos equipamientos, como por ejemplo, los paneles solares. Los nuevos materiales de construcción, más ligeros, maleables y resistentes, permiten crear espacios reconfigurables que pueden multiplicar la superficie habitable de un edificio, ganar espacio para zonas verdes, aparcamientos u otros servicios. Esto es impagable en ciudades superpobladas, en las que el precio por metro cuadrado es un gran condicionante.


El colmo son los edificios giratorios. Edificaciones en las que su estructura sigue un ciclo natural de movimiento, como un girasol. Esto les permite un mayor aprovechamiento de los recursos naturales exteriores y contribuye enormemente al concepto de autosuficiencia hacia el que se enfocan los más avanzados rascacielos, tecnológicos y ecológicos. El movimiento también es un recurso del edificio para adaptarse al medio que lo rodea.


Hay varios ejemplos sorprendentes de edificios giratorios, en distintas fases de construcción: En Panamá, muy cerca de la entrada al Canal, se está construyendo el rascacielos Palacio de la Bahía, de 350 metros de altura y 97 pisos, que albergará un gran centro comercial, un moderno complejo de oficinas y 333 apartamentos. En los últimos pisos habrá un restaurante giratorio y a él, se podrá acceder desde el helipuerto de la terraza.


En Dubái se está construyendo un edificio autosuficiente energéticamente que alcanzará los 420 metros de altura. 80 pisos tendrán la capacidad de girar 360 grados a los largo del día, de forma constante y escalonada que apenas será perceptible ni por los observadores ni por los habitantes del interior.


La nueva Rusia también quiere sumarse a la arquitectura cinética. El Nuevo Moscú está planificando la construcción de un gran complejo que ocupará una superficie de 110.000 metros cuadrados, con un presupuesto aproximado de 400 millones de dólares. En él se construirá un rascacielos de 400 metros con una estructura movible equivalente a 70 pisos.
No sólo los rascacielos pueden ser giratorios. La casa Sharifa-Ha de Teherán (Irán) gira y se mueve para aprovechar al máximo las cambiantes condiciones del clima. Con tres alturas, tiene varias zonas que pueden rotar hasta 90 grados, con cubiertas retráctiles que convierten habitaciones cerradas en terrazas durante el verano.


Hay muchos ejemplos recientes de de edificios que han resultado un gran acierto por su funcionalidad y que pueden englobarse en la definición de arquitectura cinética: El campus universitario de Kolding, diseñado por el estudio Henning Larsen Architects en Dinamarca, inaugurado en 2014; es un edificio triangular dotado de sensores para monitorizar las condiciones exteriores de temperatura y luz cuya fachada está recubierta de paneles móviles que se abren o cierran en función de su óptimo aprovechamiento.


Otro ejemplo de edificio dinámico es el recientemente terminado estadio de fútbol americano de los Atlanta Falcons, en Georgia, Estados Unidos, dotado de una cubierta retráctil en forma de pétalos que se abre y cierra de forma similar al obturador de una cámara fotográfica, permitiendo apertura y cierre totales para funcionar tanto como pabellón al aire libre o cubierto, según las condiciones meteorológicas.


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